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Kulipari: El ejército de las ranas (Serie de TV)

Serie de TV. Animación. Acción. Aventuras. Fantástico Serie de TV (2016). 13 episodios. En este relato de valentía y heroísmo, unas intrépidas ranas se enfrentan a siniestros escorpiones y arañas que se han aliado para conquistar a los anfibios. (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
7 de septiembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como todo niño con acceso a una televisión, crecí soñando que me uniría a los héroes de mis series de televisión favoritas en sus aventuras y viajes. Reiría con ellos, sufriría con ellos y alcanzaría metas inigualables. Uno de los ejemplos que más calaron en mí fue Código Lyoko, esa serie francesa donde cinco amigos viajaban a un mundo virtual para enfrentarse a un virus que causaba el caos en el mundo real. En menor medida, series como Wakfu, Galactik Footbal, Gormiti e incluso si me presionas Desafío Sendokai podrían entrar en esa categoría: jóvenes que viven aventuras enfrentándose a retos y ganándose nuevos amigos, enseñándonos a su vez moralejas y lecciones que aplicar en nuestro día a día.

Este tipo de series tiene un problema: aunque siempre guardaré en mi corazón a Jeremie, Aelita, Yumi, Odd y Ulrich, nunca podría gustarme en la actualidad Código Lyoko debido a sus argumentos repetitivos, su predecible humor, su animación algo desfasada y varios estereotipos del género. En la actualidad, solo las series para niños que se acuerdan de que la gente crece logran destacar, como las nuevas series de Disney consiguen con creces (Gravity Falls, Casa Búho) o con las que a veces Cartoon Network sorprende (Más Allá del Jardín, Infinity Train). Las series que claramente son solo para niños y preadolescentes... ahí se quedan. Sé que tiene una fandom considerable, pero esa es la sensación absoluta que Ladybug me produce. Y es la sensación con la que me ha dejado Kulipari.

Netflix contactó con Trevor Pryce, exjugador de la Liga Nacional de Fútbol americana, quien había escrito una serie de novelas juveniles protagonizadas por ranas guerreras. Así nace la serie animada de Kulipari: El ejército de las ranas, una divertida aventura protagonizada por una tribu de pintorescas ranas que deben enfrentarse a un malvado ejército de escorpiones que pretende destruir su hogar. Con dos temporadas a cuestas y varios proyectos en el horizonte, esta apuesta de Netflix busca enganchar a todos los niños del planeta. Y ahí está la clave: a los niños.

Solo una temporada (que adapta las primeras tres novelas del autor) me bastan para saber que Kulipari no está hecha para mí. En la aldea de Anfibilandia (no confundir con la serie homónima de Disney) vive Darel, un joven valiente y algo patoso que quiere seguir los pasos de su padre, una rana con poderes venenosos o Kulipari, que falleció en una antigua guerra contra los escorpiones y su líder, Lord Marmoo. Junto a su mejor amigo Gee (el gordito hambriento y medioso), la paciente curandera Coorah (la chica guapa que claramente se liará con Darel) y al arrogante y prepotente Arabanoo (que se lía con la chica, eso fue totalmente inesperado y me dejó loquísimo) deberá salir de su aldea y buscar a los Kulipari, que se creen extintos, al Rey Tortuga y a la Serpiente Arcoiris para que les ayude a vencer de nuevo a Lord Marmoo y sus nuevos aliados las arañas, lideradas por la temible hechicera la Reina Araña. Aunque no hayáis visto Kulipari (juzgando por la escasez de votos así lo creo), seguro que ya habéis oído esta historia mil veces. Al menos, yo lo hice.

Los personajes tienen algo de carisma y, aunque son muy estereotípicos, logran destacar de los de otras series genéricas por algunos giros aquí y allá. Pero no hay sorpresas en la trama, es una vez más el viaje del héroe que debe superarse a sí mismo y aprenderá que aunque no sea un Kulipari en cuerpo lo puede ser en alma y demás. Los villanos peleándose todo el rato porque a cada cuál es más malo que el anterior, el gordito haciendo los mismos chistes que hemos oído mil veces, los mentores que oscilan entre lo místico y lo cascarrabias... No hay nada verdaderamente original, nada que la haga destacar por encima del extenso catálogo de la plataforma.

De hecho, si por algo destaca es por lo malo. A pesar de un decente doblaje en versión original (con algunas voces destacables de la talla de Josh Keaton o Mark Hamill) y una pasable música, la animación se queda muy atrás. No diría que es terrible, pero definitivamente es mala: las estáticas animaciones flash restan algo de fluidez a los personajes, empeorando notablemente en las batallas. Otra veces intentan ser más fluidos y los modelos se deforman demasiado, afeando la pantalla. Y aunque los cambios de estilo para flashbacks o visiones son ingeniosos y hasta bonitos, los efectos especiales como la magia y especialmente los líquidos son muy malos.

Por resumir, es una serie con potencial visual pero que a menudo duele mirar, y eso es un gran problema porque los diseños son uno de sus puntos fuertes: cada rana (principal) es única y los diseños son muy originales, y toooooooodos los animales que se encuentran son verdaderamente creativos. Desde ranas, escorpiones, lagartos y arañas hasta ardillas, tortugas, ornitorrincos y águilas, el mundo que Kulipari crea es verdaderamente rico y hasta interesante. Podría haberse centrado mucho más en el lore y creo que hubiera destacado más, hasta el punto de que mientras la veía me imaginaba un juego de estrategia de ejércitos con todas las especies integradas y con todas las habilidades distintas entre clases y personajes. ¡Vamos, Netflix! ¿No veis el potencial? Ya que queréis hacer más cosas con esta licencia, haced un juego como ya hicisteis con Cristal Oscuro, que de verdad podría salir muy bien.

SIGUE EN ZONA SPOILER (SIN SPOILERS)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Delushi Kong7
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