Fuego en las calles

Como muy bien he leído por ahí (o por aquí), este filme hay que valorarlo en su justa medida, pensando, sobre todo, en la época en la que fue rodada, donde el tema del racismo instalado fuertemente en la sociedad inglesa, estaba muy vigente y los pasos para aceptar estos temas eran lentos e incluso peligrosos.
Por ello, vista hoy en día (abril de 2019) puede pensarse que se ha quedado obsoleta o incluso que es panfletaria (esto no lo creo personamente). Pero si se ve sin ningún prejuicio ni idea preestablecida queda como una película interesante, muy bien dialogada (el guión de Ted Willis basado en su propia obra estuvo nominado a los prestigiosos Premios Baftas) y demostrando una evidente valentía expositiva al tocar un tema que podría levantar ampollas en los espectadores de la época.
Es algo irregular pero en todo momento se evidencia una dignidad tanto expositiva como de fondo, con unos ásperos diálogos entre el matrimonio protagonista, ella mostrando su virulento racismo y él, que siempre ha demostrado a los demás su liberalismo y antiracismo (como muy bien demuestra en la Asamblea del Sindicato), pugnando contra sí mismo y sus profundas convicciones al recibir en sus propias carnes una situación que nunca creyó se daría en su impoluta familia "blanca".
Roy Ward Baker mueve bien sus hilos y tan sólo quizás, y sin que sirva de precedente, destacar pero precisamente como algo positivo, el empleo del Cinemascope en la cinta, pues se requería mejor un formato más pequeño para darle más fuerza y menos academicismo.
El final, bueno, abierto, duro pero esperanzador... supongo.
¡Ah! Y convenir que, por lo menos, se adelantó bastante a las tesis de "Adivina quién viene esta noche", del año 1967, aunque el film de Kramer fuera bastante mejor que esta.

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Interesante cinta que aborda los problemas raciales, donde se buscaba concienciar a los espectadores acerca de las diversas problemáticas que los prejuicios acarreaban, muy en boga entonces, de donde saldrían cintas muy buenas en la línea de " Adivina quién viene a cenar esta noche" o " En el calor de la noche", por citar dos de las más significativas.
Ésta, no tiene la calidad de aquellas, ni por su regularidad ni por su contundencia, sin embargo, tiene a su favor abordar la problemática desde multitud de prismas. Quizá eso es precisamente lo que hace que la rotundidad del discurso se diluya un tanto en favor de la diversidad de casuísticas.
En una fábrica de la época se crea un gran malestar entre los obreros cuando uno de ellos, un empleado negro, es nombrado capataz.
Muchos de sus compañeros no querrán aceptar estar subordinados a un hombre que, a pesar de su demostrada capacidad y pericia laboral, ellos desprecian y amenazarán con iniciar una huelga.
El jefe del sindicato, luchará por suprimir esos prejuicios en sus compañeros pero él mismo se verá sometido a prueba cuando su única hija, anuncie su próxima boda con otro hombre negro.
Desde luego la película es recomendable porque plantea el problema desde muchos puntos de vista.
El jefe sindical, un hombre que se considera libre de prejuicios y no lo es tanto.
Su mujer, profundamente imbuida de odio racial.
La mujer del capataz, una mujer blanca que aporta la experiencia de enfrentarse a la marginación social a causa de su matrimonio.
La desconfianza y odio mutuo generado entre las dos razas que impiden que las barreras se rompan.
Los abusos de poder y peleas callejeras que se generan.
Todos estos apuntes están bien defendidos por sólidos diálogos que inducen a la reflexión, que hacen que la cinta se vea con interés.
Pero sigo diciendo, tantos prismas diferentes quitan espacio a la naturalidad y se cierran con cierta brusquedad, sobre todo, en el tramo final que quiere ser esperanzador y le resta verosimilitud a la exposición de los problemas.
No es ninguna maravilla, pero es una cinta bastante digna.

Mientras los titulos de crédito se pergueñan, suena una música estilo westers. Rodada en cinemascope en los estudios Ingleses Pinewood. La película hay que valorarla en la época que se rodo. Vista ahora ha envejecido mal y hasta puede parecer ingenua. En su momento debió ser un artilugio reivindicativo aunque bastante pobre argumentalmente. Para mí lo mejor son los primeros diez minutos en la fábrica donde ya se ve el hilo de la función. A pesar de lo previsible y esquematico de la historia le doy una oportunidad de visionado. Dicho con otras palabras bien intencionada pero panfletaria. Maniquea con buenas intenciones. Simplista pero valiente.