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Birdboy (C)

6,0
1.908
Animación. Drama. Aventuras. Fantástico La pequeña Dinki comienza un nuevo día camino de la escuela junto a su muy querido padre. Pero un terrible accidente industrial va a cambiar para siempre la vida en la isla en la que habitan. Ahora el destino de Dinki puede que penda de las alas de su excéntrico amigo Birdboy, un introvertido chico-pájaro que se oculta en el bosque abandonado a sus fantasías. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
22 de julio de 2012
32 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tienes que ser muy comprensivo y observador para entenderlo. Pienso que hay muchos "birdboys" en el mundo y merecía la pena dedicarles una historia como ésta. Hay que destacar que al morir el padre de los dos protagonistas, se ven unidos por esa espécie de "hilo invisible", al compartir ese mismo sentimiento. El chico lo afronta de una forma que no tendría que ni siquiera existir: marginándose él mismo y drogándose. Por otra parte, hay un momento que no se entiende hasta que lo has visto dos o tres veces, en que la chica "confunde" a su padre, lo que pasa realmente es que el dolor le impide ver realmente que su realidad: su madre ha sustiduido a su padre y siente que nadie la entiente. El cortometraje en sí expone algo surrealista, situaciones de lo que la joventud vive y la manera de afrontarse a éstas.

Tengo que decir que me ha llamado mucho la atención una frase que ha dicho el perro que quería cazar a birdboy: "cuando aprenda a volar será imposible cazarlo". Una vez has dejado atrás todo lo que te impedía ser feliz, nadie te podrá parar. Si quieres algo tienes que esforzarte por ello, hoy en día nadie te regala ni te va a regalar nada.
Marta Boladeres Lloses
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22 de abril de 2012
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este corto, versionando el magnífico Psiconautas, es una obra oscura, cruda, cargada de sentimientos, frustraciones y dolor, con una justa dosis de romanticismo y esperanza.

El uso del color y el sonido nos llevan a disfrutar de un poema audiovisual, pero claro, eso es sólo mi humilde opinión.
Mery
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2 de marzo de 2012
21 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si alguien tiene la oportunidad de hojear el presskit o dossier de “Birdboy” de Alberto Vázquez y Pedro Rivero, observará que la sección de ‘Premios’ son 3 páginas, que la parte dedicada a ‘Festivales’ donde participó en las Secciones oficiales (y no) a competición son otras 6 páginas. Y, que finalmente, si quitamos las páginas de portada y contacto no queda nada que contar. Sencillamente este corto de animación tenía el Goya ganado antes de seleccionar al resto de candidatos.

Es una versión libre de la novela gráfica “Psiconautas” del propio Alberto Vázquez y prentende reflejar, con referencias claramente burtonianas, la alineación e insatisfacción de un mundo asfixiante, industrial y condenado a desaparecer. Tiene su grado de cargas sociales y busca la poesía visual desesperadamente. No creo que lo consiga del todo con esa mezcla de cocaína, Burton y un ‘Piolín dark’. Tampoco he entendido mucho “Birdboy” … ¿Al final al protagonista le fichan en “The Wire” o se queda en la isla y monta una pollería-cadáver con Helena Bonham Carter? Por favor, que alguien me lo explique, pero que por respeto a este corto no sea mediante una paloma mensajera. Gracias.
Maldito Bastardo
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27 de marzo de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parafraseando el título de la película de Oscar Alba: "El gran Vázquez" (2010) sobre la vida del gran historietista barcelonés Manuel Vázquez (1930-95), es ahora otro (hoy se denominan ilustradores)  el coruñés Alberto Vázquez a quien salvando las distancias de época y género se le podría atribuir el "título" de "Gran Vázquez",  a tenor de la carrera que viene desarrollando y de los premios y reconocimientos que acumula junto con Pedro Rivero con sus trabajos a sus 38 años. Tan solo este año se ha llevado los dos Goyas con su corto y largo de animación, entre otros premios internacionales a pesar de no ser y probablemente no será lo popular que fue su tocayo Manuel durante décadas con su inolvidables personajes ("Anacleto agente secreto", entre otros).

Alberto Vázquez bebe y se nutre del movimiento contracultural Punk creando con sus personajes animales un mundo propio y personal que él mismo define como fábulas sin moral, perversiones de Disney y la iconicidad infantil. Un Anime para adultos de poderosas imágenes de corte infantil que contrastan con su trasfondo existencialista que no rehuye de la crudeza y la violencia necesaria para reflejar la angustia télurica a la que estamos abocados. Un mundo imaginativo e hipnotizante, a veces confuso donde Vázquez da rienda suelta a su expresividad formal alucinante y alucinatorio ya sea con la paleta de colores o con un excelso blanco y negro con reminiscencias de los grabados de Doré en "Decorado".  Ambicioso en su multiplicidad de los temas que trata "Psiconautas" desarrolla el mundo y los personajes del corto "Birdboy" (2010) también ganador del Goya.

Un cine de animación, reitero para adultos, de calidad que surge casi de forma incomprensible en este país donde la animación es considerada un género menor (desde 1945 hasta 1985 sólo 10 largometrajes) y que apenas unos pocos del gran talento existente están pudiendo demostrarlo con todo tipo de propuestas, desde "Arrugas" (2011) hasta "Tadeo Jones" pasando por "Planet 51" o "Atrapa la bandera" por citar solo algunos. En esta lucha casi quijotesca dado las pocas ayudas a la industria en general y al género en particular Pedro Rivero y Alberto Vázquez han creado con "Psiconautas" una obra capital.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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26 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra que da contexto y, por lo cual, funciona mejor con su secuela largometraje llamada Psiconautas, los niños perdidos a pesar de su falta de continuidad narrativa entre argumentos. También funciona como obra individual por el trasfondo profundo y surrealista que los directores tienden a manejar en sus ambas películas. Birdboy narra la historia en principio feliz de Birdboy (cuando aún tenía ojos y que, después del incidente, se ven solo cuencas vacías, dando a entender que no tiene alma ya que los ojos son el espejo de la misma), un chico pájaro que vivía en armonía con sus congéneres animales en una isla de ensueño. Por otra parte, está Dinki, la carismática ratona que vive una vida apacible y feliz con unos padres amorosos y comprensivos. Todo ello se va al traste cuando una industria recientemente construida revienta, creando un hongo nuclear que destroza la isla y las vidas de sus habitantes, dando muerte a los padres de los protagonistas.

También tomada de la novela gráfica de Alberto Vázquez, con su imaginario único, el mismo Vázquez junto Pedro Rivero dan voz a unos niños superados por la pérdida, criticando de forma severa la industrialización de la naturaleza, generadora de polución y residuos, que nos asfixian tanto anímica como físicamente. La falta de coherencia con su secuela no es un hándicap para disfrutar de una pequeña historia con mucha personalidad que pone sobre la mesa una serie de críticas exasperantes y duras disfrazadas de una apariencia infantil e inofensiva, pero que arremete en el espectador como un injusto balazo por la espalda en tan solo once irrisorios minutos.

Postoma Studio, encargado del diseño visual, ofrece un apartado artístico completamente distinto al ofrecido en la secuela, donde los tonos acero claro, bermellón, chartreuse, lino y salmón consiguen una estética preciosa de idilio y sosiego para representar lo bonito de la vida, de la naturaleza en la que la humanidad se ha criado antes de la avariciosa e innecesaria industrialización, donde la serenidad colorida que mantenía se transforma en burdeos y grises, representando la llama y la sombra de la industria, para finalmente converger en un punto intermedio. Una poesía visual que acapara los sentidos y que termina de redondear la escenografía idónea para sus personajes. En el drama fluctúa un romance precioso y puro de dos almas que tienen la pérdida como punto común, Birdboy y Dinki, los cuales se compenetran para realizar el dibujo del vacío existencialista con el que Vázquez acentúa su crítica contra la industrialización.

Esta se hace más dura cuando, a escasos minutos de empezar y tras empatizar con el padre de Dinki, lo vemos acudiendo a su lugar de trabajo, la fábrica, cabizbajo y rodeado de congéneres de los que se puede inhalar la tristeza… la tristeza de una masa homogénea de carne trabajadora obligada a pesar de la infelicidad a trabajar así para vivir, donde cada ser humano (o animal) abandona todo rasgo de personalidad para convertirse en una pieza más de la máquina. Con la catástrofe, Rivero y Vázquez comienzan a moldear los temas que perfeccionarían en Psiconautas, los niños perdidos; desde la adicción que parchea inútil el vacío hasta la brutalidad policial, unidas por el marginamiento del individuo dentro de la sociedad. Birdboy es el responsable de unir todo esto, rechazado por su drogadicción y buscado a matar por los sabuesos policías, donde la frase con la que doy nombre a esta humilde crítica erige el bastión temático de la felicidad. ‘Cuando aprenda a volar’, es decir, cuando pueda ser libre aceptando su realidad, cuando encuentre la felicidad, ‘será imposible cazarlo’.

La ganadora del Goya a mejor cortometraje de animación da alas a las fantasías que no se pueden desoír, buenas o malas y que todos cargamos en un saco tejido de momentos inolvidables o traumáticos, como el encuentro del amor o la pérdida de un padre. Sin duda, esta es la tónica que debería seguir la animación para adultos tan olvidada en España, de la que se puede extraer apreciaciones que conmueven conciencias.
Tiggy
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