El secreto de Kalinka

En el 2009 la búsqueda de la justicia encontró su rostro en André Bamberski, un contador francés que luchó durante casi 30 años por esclarecer las causas de la muerte de Kalinka, su hija adolescente cuyo deceso estuvo enmarcado por circunstancias bastante extrañas mientras pasaba el verano en Alemania en la casa de su madre y padrastro. No conforme con el parte médico oficial y convencido de que Dieter Krombach, el padrastro, tuvo alguna implicación en el incidente, Bamberski empezó con su propia investigación, la cual arrojó resultados perturbadores que lo motivaron a librar una incesante lucha ante las cortes alemanas, francesas e internacionales con el objetivo de que el responsable pagara por sus acciones.

El caso llamó la atención de los medios nacionales e internacionales, mientras que la inverosimilitud de sus circunstancias motivó al director Vincent Garenq (Présumé coupable) a realizar junto con Julien Rappeneau una “libre adaptación” en el largometraje Au nom de ma fille (“En el nombre de mi hija”). El resultado es un auténtico tour de forcé que revela las trampas burocráticas y políticas que un ciudadano común tiene que sortear para lograr que se haga justicia. Así, la película es un reflejo de que en ciertas ocasiones el Derecho es insuficiente cuando la política y la habilidad de la contraparte son capaces de superar a las autoridades encargadas de la impartición de justicia.

Con una estructura muy bien delimitada, el director marca de forma muy puntal cada una de las etapas que tuvo que superar Bamberski, exponiendo de forma clara todo el proceso legal y personal al cual dedicó una vida entera, aún a costa de su propia integridad física y emocional. De esta forma, la historia se cuenta sin recurrir al sentimentalismo exagerado, logrando mantener el interés del público y transmitir su mensaje de manera contundente. No obstante, el esfuerzo del director fue un poco excesivo, puesto que el poco desarrollo de los personajes resta emotividad a la historia, por lo que la audiencia no consigue conectar del todo con el personaje. Asimismo, hubiera sido deseable conocer más acerca del antagonista y así tener una visión completa de la historia.

En lo que se refiere a las actuaciones, prácticamente todo el peso recae en los hombros de Daniel Auteuil, quien realiza un magnífico trabajo interpretando a André Bamberski al darle la credibilidad suficiente al personaje. Por otra parte, Sebastian Koch (Bridge of Spies, The Danish Girl) asume el papel de Dieter Krombach, realizando un trabajo aceptable con un personaje que bien pudo ser mejor aprovechado. Cierra el reparto Marie-Josée Croze (Les invasions barbares) como Dany, cumpliendo con su rol secundario como la contrariada madre de Kalinka.

Es así como Au nom de ma fille inaugura de forma brillante el 21° Tour de Cine Francés en México, contando de manera muy puntual una historia que si bien puede ser tanto devastadora como inspiradora, también resulta controversial al exponer los claroscuros de la justicia, la cual puede llegar a tener matices diversos dependiendo del cristal con que se mire. Sin lugar a dudas, el público saldrá con un grato sabor de boca y con ganas de averiguar más acerca de la historia del heroico contador francés

Calificación: TÚ DECIDES.
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Si fuera música seguramente sería Sarabande de Handël, no tanto la película, sino Daniel Auteuil, inconmensurable, determinante y sentimental. ¿Hasta dónde se puede llegar para salvar el honor de una hija? ¿Acaso no es eso el amor? Rápidamente empatizamos con él por su fuerte carisma. De no ser por él, quizás estaríamos ante otra película más sobre el género.

Huyendo de cualquier tipo de sensiblería posible y buscando precisión quirúrgica en la narración de la cronología de los hechos, se centra en el caso Kalinka, que durante más de 30 años tuvo repercusión mediática internacional y ha sido el origen de muchas tensiones judiciales entre Alemania y Francia. Con un reparto creíble y con buen oficio, encabezado por un Daniel Auteuil en el papel de incombustible padre en busca de justicia por la muerte de su hija. En definitiva, un apasionante thriller político que llevará a la extenuación y desesperación al espectador.

Basada en un hecho real se desarrolla este film francés que relata las peripecias que debe sufrir un padre a lo largo de 30 años para intentar dilucidar la muerte de su hija. Así, dejando casi de lado su vida y la de lo que los rodean intentará encontrar la manera de que el culpable sea justamente castigado. Por supuesto hay un muy buen trabajo de Daniel Auteuil, ese versátil actor francés que puede pasar por la comedia, el policial y el drama con la misma eficiencia y capacidad actoral, es sin dudas a mi modesto entender, uno de los cinco mejores actores de Francia logrando darle la caracterización justa, sin sobreactuar, a un hombre agobiado por la desesperanza pero con la firme convicción de que se haga justicia sin importarle absolutamente nada a su alrededor. Para ver.

Elegante, frío, interesante, complejo y metódico thriller dramático Francés, que desarrolla una trama de lo más perturbadora.

Llamativo y metódico thriller de suspense, que se apoya y beneficia de la calidad interpretativa de su reparto, para ofrecer algo magnético e inquietante.

Vincent Garenq, no se anda por las ramas y desde un principio, adentra al público en todo un drama familiar, que pondrá a prueba su capacidad deductiva y su resistencia emocional.

Ofrece una especie de seguridad astuta y serena, que le permite adentrar al público, en un viaje lleno de intereses y obstáculos burocráticos.

Algunas situaciones se antojan forzadas y reiterativas, pero no dejan de formar parte esencial de los acontecimientos reales.

Dudo que la vuelva a ver, pero recomiendo su visionado.