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Lobos del norte

Aventuras. Acción. Romance. Drama Tyler (George Raft) y Jim (Henry Fonda), dos amigos de la infancia que viven en Alaska, tienen dos visiones contrapuestas de la vida: Tyler es ambicioso y está dispuesto a conseguir dinero por cualquier medio; en cambio, Jim es un tipo honesto que se conforma con ser pescador de atunes. Tyler llega incluso a aliarse con unos piratas rusos para robarle a Jim la mercancía pescada. Costosa producción de la Paramount que se vio recompensada ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
27 de julio de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de acción y romance realizado por Henry Hathaway (1898-1985) (“Niágara”, 1953), según guión escrito por Jules Furthman, Talbot Jennings y Dale Van Every, que desarrolla un argumento de la novelista Barrett Willoughby. Se rueda en escenarios naturales de Alaska, la costa de California, San Bernardo National Forest, Lago Tahore (CA) y en los Paramount Studios (Hollywood, L.A, CA), entre el 21 de marzo y el 18 de junio de 1938. Producido por Albert Lewin, se estrena el 26 de agosto de 1938 (EEUU). La acción dramática tiene lugar en Alaska en unos días situados entre 1900 y 1910.

Uno de los protagonistas, el periodista Windy Turlon (Barrymore), tiene la costumbre de expresarse de palabra y por escrito de manera ampulosa y exuberante. El corrector de estilo y tipógrafo del periódico con frecuencia se ve obligado a traducir a un lenguaje sencillo lo que dice su patrón a petición de los que escuchan, por iniciativa propia o por indicación del propio Windy. De ese modo se crean situaciones cómicas que pretenden más allá del sentido directo criticar el estilo excesivamente presuntuoso que prolifera en aquellos años en muchos guiones de Hollywood y que afecta incluso a producciones consideradas de primer o primerísimo nivel. Los guionistas del film y el realizador proponen adoptar un estilo narrativo sobrio, conciso y directo. La cinta que crean constituye un ejemplo bastante elocuente e que con palabras precisas, claras y justas, se pueden decir muchas cosas de manera más explícita y comprensible. Pese al tono jocoso con el que se formula el envite contra el lenguaje enfático, la propuesta de Hathaway oculta una apuesta decidida a favor del lenguaje mesurado y sencillo, que propone predicando con el ejemplo.

La acción se mueve como un episodio de la lucha entre buenos y malos, el bien y el mal, personajes legales y forajidos. El planteamiento en estos términos, la presencia predominante del paisaje, las escenas vibrantes de acción y los momentos de tensión que se crean, hacen que el film deje en el paladar del espectador un grato sabor a western clásico. La presencia adicional de dos mujeres luchadoras y con ideas propias viene a confirmar y reforzar dicha impresión.

El número de personajes principales es relativamente corto. George Raft (Tyler Dawson) aporta la figura del aventurero curtido y soñador, Henry Fonda (Jim Kimmerlee) encarna al joven (18 años) con futuro, Hakim Tamiroff (Red Skain) compone un bonito papel de villano, Dorothy Lamour (Nicky Duval) es la mujer noble, decidida y luchadora y Louise Platt (Dian Turlon) es la joven discreta, hábil e inteligente. El paisaje, como ocurre en los westerns de Hathaway, se integra en la narración para cumplir funciones que hacen referencia al mundo interior y a las inquietudes y sentimientos de los personajes. Las imágenes de la naturaleza son sorprendentes y cautivadoras.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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8 de diciembre de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico film de aventuras del maestro Hathaway, que nos hace disfrutar con momentos cómicos, así como dramáticos, mientras nos cuenta una historia de amistad. Todo ello aderezado con unos actores secundarios inolvidables.
Los escenarios naturales (creo que tenían un gran presupuesto), así como la puesta en escena del baile popular, contribuyen a crear una camaradería entre los pescadores para luchar contra los piratas, que pretenden robarles el pescado.
En mi opinión lo mejor es la extraordinaria actuación de un joven Henry Fonda, que deja al protagonista George Raft a la altura del betún. Mientras Fonda me transmite sentimientos nobles de un hombre honrado, dentro de su sobriedad y presencia habitual, Raft sólo me transmite la vacuidad de un actor mediocre y amanerado. Más que un aventurero ambicioso, parece un botarate sin criterio. ¡Vamos, se lo come con patatas!, (en este caso, con pescado).
George Raft, en aquellos tiempos, gozaba del caché de gran estrella, ¿Alguien podría creerlo?; pues así fue, menos mal que renunció a hacer “El Halcón Maltés”, (porque a Raft, no le gustaba el papel, cosa que aprovechó Bogart para saltar a la fama como Sam Spade).
Por cierto, sólo he encontrado una crítica sobre este film, pues es una lástima, que ahora todos estemos sólo interesados por las bazofias de actualidad y el 3D.
Antonio Morales
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19 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con todos mis respetos para el impresionante Fonda o para el más mediocre Raft, las verdaderas estrellas de esta película son, por un lado Alaska, con su imponente y hermosa presencia, y por otra parte la foca. Es extraordinaria, no sé cómo es capaz de hacer todo eso, o como nos hacen creer que lo hace, pero el resultado es que sus escenas, además de simpáticas y graciosas, son entrañables y magnificas. Esto junto con la dirección de Hathaway, que tal vez no era un genio, pero si eficaz cien por cien le contribuye a dar empaque a la cinta. Algo que también ayuda, y mucho, es el impecable Fonda, bordando siempre sus papeles, lleno de matices, además de ser la eficiencia personificada, ya que según cuentan de él, con una sola toma solía tener suficiente. También Lamour brilla a un nivel excelente, como era bastante habitual en ella. Entre tanto nivel cojea, creo yo, un tanto Raft, actor del que he visto pocas cosas, y no quisiera ser injusto, pero nunca le vi ni físico ni atractivo, para ser la estrella que las crónicas cuentan que era. Pero bueno sobre gustos.
La película tiene momentos brillantes con la acción justa y necesaria y la carga dramática precisa, muy especialmente cuando en pantalla están Lamour y Fonda, tiene también otros momentos en las que se va un poco, y un final, que aunque perfectamente digno, se muestra innecesariamente alargado. Para mí lo mejor son los primeros 45 minutos, simplemente deliciosos. Si hubiera seguido en esa línea caminaba para obra de arte, pero comprendo que no es sencillo mantener ese nivel. Pletóricos, rebosantes de ingenio de romanticismo, de imágenes bellísimas, de papeles secundarios extraordinarios, como los dos digamos periodistas, uno de una verborrea exagerada, y el otro de una concreción modélica. Da tanto en esa primera parte que a la fuerza el resto nos parece, salvo excepciones, normalito. Así y todo es muy recomendable.
picais
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4 de enero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película le valió el esfuerzo para ganar un Oscar especial, un Oscar honorífico por los efectos especiales. Es un premio que está fuera de concurso pero que se lo dieron por los grandes recursos que tuvieron que hacer para hacer esta película.

Es quizás lo más llamativo. El principio de la película cuesta que entres en sintonía. No hay casi historia, solo gente viniendo y yendo. Quizás es una introducción a conocer a los personajes, algo largo, pero supongo que necesario.

Hasta que no entra en acción, realmente no le ves sentido a la historia y es cuando empiezas a entender algo.

Otra cosa que me llamó la atención, es Henry Fonda. Un Henry muy joven y para decir verdad, muy atractivo. Es curioso que este hombre perdió el encanto físico al ser más adulto, ya que de joven (aquí le vemos con 33 años) tiene un atractivo especial.
edugrn
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15 de enero de 2023
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Huevas del norte es la traducción literal de Spawn of the north, el título original de Lobos del norte (1938), de Henry Hathaway, otra de sus excelentes obras en ambiente marino, junto a Almas en el mar (1937) y El demonio del mar (1949). Las huevas que debe desovar el salmón tras la ardua odisea de remontar el río desde el mar, expuesto a la depredación de humanos, y otras criaturas animales como osos o aves rapaces, como queda reflejado en las imágenes documentales (rodadas durante catorce semanas) que abren la narración de esta estupenda obra con un gran guión de Jules Furthman, Talbot Jennings y Dale Van Every. El salmón es el medio de vida de los pescadores de Alaska que protagonizan el conflicto narrativo, ya que los pescadores que se ajustan a la legalidad, como Jim (Henry Fonda, quien reemplazó a Georges Rigaud a poco de iniciar el rodaje por el poco dominio del inglés por parte del actor francés), deben enfrentarse a los piratas, pescadores, capitaneados por Red (Akim Tamiroff), que se aprovechan de su labor, como depredadores, robando las capturas que atrapan en sus trampas (lo que determina que se cree una organización de vigilantes, así como que se aplique la pena de muerte a todo pirata capturado). El título, además, alude a la compleja entraña alegórica de la obra. El esfuerzo, a veces amenazado por el fracaso, de lograr los objetivos o frutos (huevas) de la vida, condensado en las dos contrastadas figuras de los dos amigos protagonistas, Jim y Tyler (George Raft). ¿Qué se es capaz de hacer, qué atajos tomar aunque implique aprovecharse del trabajo de otros, para conseguir lo que se desea?

Ambos amigos, años atrás, no eran muy respetuosos con la legalidad, pero Jim, tras la muerte de su padre, y durante la ausencia de Tyler, se asentó, montando una empresa conservadora, y se integró en el grupo de vigilantes. Tyler, mientras tanto, se dedicó a la caza de focas, pero aún no ha logrado esa estabilidad. Su anhelo es conseguir el dinero suficiente para comprar una goleta. Y para él, cualquier medio es válido para conseguirlo. Retorna con la pretensión de embarcar a Jim en su proyecto de vida, pero Jim ya ha afianzado el propio. Como predice Windy (John Barrymore), el singular periodista que vive en este pueblo pesquero desde hace muchos años ( incluso antes de que hubiera sheriff), aunque su amistad sea firme, con raices asentadas en el tiempo, esa divergencia ahora de planteamientos de vida afectará tarde o temprano a su amistad. También regresa al pueblo, después de ocho años, tras finalizar sus estudios, Diane (Louise Pratt), la hija de Windy, y amiga de ambos. Esa actitud oscilante, más voluble que firme, de Tyler se refleja en cómo tiende a coquetear con Diane, aunque la atracción sea clara entre ella y Jim y, sobre todo, porque mantiene una relación, poco comprometida y fluctuante, con Nicky (Dorothy Lamour), dueña de un saloon, y que, precisamente, también ha sufrido una odisea en su vida para remontar el río, y asentar su vida con el negocio, ya que en su pasado trabajó como chica de alterne en otro saloon. Por mucho que Nicky se esfuerce en intentar convencer a Tyler de que no cruce la línea de la legalidad, y apueste por su relación, no lo consigue porque Tyler está empecinado en conseguir él sólo su propósito, aunque implique poner en peligro su amistad y no dotar de estabilidad a la relación con la mujer que realmente quiere.

Lobos del norte es admirable en su conjugación de tonos, en cómo alterna situaciónes de carácter distendido, de comedia, y otras definidas por la gravedad sombría, dramática, como otros autores de su generación, caso de John Ford y Leo McCarey. Es brillante cómo condensa circunstancias y perfila caracteres en las primeras secuencias, definidas por un exultante tono vitalista. Tanto las relaciones citadas, entre ambos amigos, y con las dos mujeres, como la singular relación del periodista con su ayudante, Jackson (Lynn Overman), o la de Tyler con la foca Slicker. Windy tiende a crear frases que son pura filigranas culteranas, que el otro siempre apostilla con su versión periodística de sintético lenguaje coloquial. La relación de Tyler con su foca amaestrada, que le recibe jubilosamente, define la visceralidad animal de Tyler, y su condición de niño grande, así como su ambivalencia (acorde al nombre de su barco, who cares/a quién le importa, por cuanto sus impulsivas decisiones ponen en peligro las relaciones que sí le importan, pero subordina a su objetivo para remontar el río de la vida y lograr la estabilidad ansiada).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinedesolaris
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