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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
8
2 de noviembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al haber sido -a todo lo largo de la historia- una representación oscura, plagada de felonía a los principios divinos y bastante desviada hacia los intereses mundanos (acumulación de dinero y propiedades, sexo ilícito, afanes de poder…), las religiones (con apenas excepciones) han sido cómplices de los detentores del poder (incluidos los gobiernos más corruptos y las más infames dictaduras y monarquías), y han traicionado a Dios y al pueblo con tal de asegurar su permanencia y sus privilegios.

Por esta razón, en los países comunistas y socialistas, se ha chocado con los intereses de las iglesias procurando hacerles perder, significativamente, sus poderes e influencia entre las masas, pero, se ha caído en la falsa idea de pregonar la inexistencia de Dios por el hecho de ser, “el dios de las iglesias”. Pero, la espiritualidad y el propósito del hombre de religarse con el Creador, está por encima de toda política y de todas las religiones, porque es inherente a su esencia. El ser humano tiene espíritu (alma) y ese aliento divino que nos preserva vivos, nos hace sentir que pertenecemos a algo más grande y poderoso que el mundo terrenal. Por más que lo nieguen y procuren explicarlo con razonamientos de corte materialista, incontados ateos (yo también lo fui), sienten en su fuero interior que "hay algo más”… no por nada, su lucha (sobre todo entre la gente de izquierda) es por la justicia social, los derechos humanos y el amor.

El director ruso, Andrei Tarkovsky, también era de este pensar, y fiel a su sentir espiritual, quiso hacer una película sobre el pintor, Andréi Rubliov (Андрей Рублёв), considerado el más grande iconógrafo nacido en Rusia y quien fuera canonizado en 1988. Con un guion escrito en colaboración con Andrei Konchalovsky, el director recrea la vida del controvertido personaje, comenzando en el año 1400, y continuando en 1405 cuando se produce el encuentro entre el artista y Teófanes el griego, con quien pintaría los íconos y los frescos de la Catedral de la Anunciación en el Kremlin, Moscú.

Entre éstas labores -también su trabajo con Daniil Chorny en la Catedral de la Dormición, en Vladimir- la historia nos revelará varios episodios con los que estuviera relacionado ese ser humano que anda en busca de sí mismo, mientras choca con una dura realidad marcada por los abusos de autoridad, la rebeldía y los conflictos sociales causados por los tártaros y cierto sector monárquico.

Anatoli Solonitsin, es el encargado de representar a ese sensible pintor llamado, Andrei Rubliov, y su presencia resulta prodiga en carisma y suavidad, dejando advertir a un ser humano que, contra todo, estaba llamado a la santidad. El resto del reparto: Nikolai Grinko (Daniil), Iván Lapikov (Kirill), Nikolai Sergueyev (Teófanes), Nelli Snegina (Marfa), Irma Raush (Dúrochka, la joven muda), quien ya era la esposa del director… logran transmitir unos caracteres que reafirman la pluralidad que la humanidad nos ha ofrecido, entonces y ahora.

Con una notable fotografía en blanco y negro y una lograda ambientación en muchos de los sitios donde transcurriera la historia, la película retoma 23 años en la vida de Rubliov, compaginando sus logros artísticos, y sus avances en la espiritualidad y la estima de sus coterráneos.

El inserto a color por cerca de 10 minutos, vale la pena verlo para conocer en detalle la obra que aún se preserva de este gran artista.

En lo personal, creo que hubiese sido necesaria una edición más rigurosa, pero, <<ANDREI RUBLEV>>, (en ruso, Андрей Рублёв suena, Andréi Rubliov) sigue siendo una importante obra cinematográfica.

Título para Latinoamérica: <<ANDRÉI RUBLIOV>>
Luis Guillermo Cardona
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9
23 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que tenía 16 o 17 años cuando vi por primera vez a, Catherine Spaak. El avance de <<EL TEDIO>> (¡vaya un título para animar a verla!), lo pasaron -y por eso lo recuerdo- cuando me disponía a ver otra película que también protagonizaba, Horst Buchholz, titulada, “La Fabuleuse Aventure de Marco Polo”… y con solo ver a esa muchacha coqueta de cabello semi-rubio, figura estilizada y boca ¡inigualablemente provocativa!, quedé fascinado y me preparé para ver la película tan pronto la “estrenaran”. Fui a la primera función y la inmensa sala estaba casi vacía, hecho que me complacía siempre, aunque interiormente lamentaba que una mujer como, Catherine Spaak, no atrajese multitudes.

La historia comienza con un muchacho que, ¡pésimamente mal, juega a ser pintor!, pero, por fortuna, se da cuenta pronto de que por ahí no va la cosa, y entonces decide ir donde su madre para que lo ayude mientras resuelve qué hacer con su vida. Rica y solitaria, la madre no entiende como su hijo renuncia a estar con ella sabiendo que dispondrá de su mansión y del dinero que tiene por montones, pero, Dino se parece a su padre, quien prefería viajar y viajar antes que quedarse con aquella mujer que sigue creyendo que, “el dinero lo es todo y todo lo puede comprar”.

Así que, el joven y frustrado “pintor” decide seguir viviendo en su modesto piso de alquiler… y solo va donde su madre cuando necesita dinero para subsistir. Llega, entonces, el día en que, luego de enterarse de la muerte de un veterano pintor apellidado, Balestrieri, Dino también se entera de que la joven vecina -con la que a veces comparte miradas- era su amante, y entonces comenzará una relación en la que, el chico, acorde a su real condición económica, cree que podrá tomar a la ligera a la fascinante muchacha, pero, paso a paso, ella le va a dar unas clasecitas de autonomía y libertad que… ¡bien vale darse el gusto de verlo!

Lo que comienza a padecer Dino, lo sentí en carne propia con la misma o mayor intensidad, porque también a mí me tenía fascinado esa muchacha que, con cada entrega y con cada devaneo, se hacía más y más irresistible… y una mezcla de amor-odio, de impotencia y anhelo, y de deseo incontenible nos hace tenerla entre ceja y ceja sin que sea posible alejarla u olvidarla.

Basado en la novela, “La Noia”, que, en 1960, publicara el notable escritor, Alberto Moravia, el director Damiano Damiani, se ha ocupado de la adaptación cinematográfica -con la colaboración de Tonino Guerra y Ugo Liberatore-, logrando mantener el interés por el sexo y la crítica social que tanto animaba al escritor, pero, todo logrado con buen gusto y con marcada sutileza… ¡y claro que hay que abonarle la perfecta manera como ha sabido extraer de Catherine Spaak, esa sensualidad y ese encanto que, sin dificultad alguna, traspasa la pantalla!

Horst Buchholz, logra dar la medida como el obsesionado muchacho que, por fin, encuentra una razón para vivir (¿o para no vivir?); y Bette Davis, es la madre con un gran vacío interior, dispuesta a comprar amor… ¡pero quizás encuentre que eso no puede pagarse!

Queda bien claro que, el dinero no asegura la felicidad y cuando mucho la toma prestada… Queda sentenciado que, mientras más grande es el espacio donde se vive, más se siente la soledad… Queda demostrado que, hay gente que nada con soltura en la abundancia, pero se ahoga por la falta absoluta del oxígeno que da el Amor… y queda probado que, para ciertas y poderosas mujeres, la libertad lo es todo, ¡y bien que saben que, aceptar vivir con alguien por su dinero, es entrar en una prisión!

Con el tiempo, seguí viendo a, Catherine Spaak, en películas como, “La Ronde”, “La Armata Brancaleone”, “La Matriarca”, y otras tantas… pero, siempre la seguí recordando en, <<EL TEDIO>>; y ahora que he vuelto a verla, he sentido tanta complacencia como cuando la vi por primera vez… ¡Qué fascinante muchacha!

Título para Latinoamérica: EL LIENZO VACÍO
Luis Guillermo Cardona
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9
15 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las pocas familias (4 o 5) que trabajan en la campiña italiana viven “conformes” con tener un modesto techo y con el tercio que les corresponde de cada cosecha… pero, uno podría preguntarse: ¿Tienen algún motivo para ser felices? ¿Pasa algo en sus vidas que los lleve a sentirse en paz? ¿Qué pueden hacer para que la larga e intensa jornada de trabajo no se convierta en una desgracia? ¿Cómo hacen para que sus patronos no interfieran con sus existencias?... ¡Hay que ver esta joya cinematográfica, para tener las más satisfactorias respuestas!

Ganadora de la Palma de Oro en Cannes, <<EL ÁRBOL DE LOS ZUECOS>>, es un canto a la vida y una voz de esperanza, pero, es también un fiel retrato de que, en esta mal administrada Tierra, los delitos menores son los que reciben los mayores castigos… ¡y casi siempre aplicados por los que menos limpia tienen su conciencia!

Con actores naturales (habitantes de la campiña de Bergamasca); en un ambiente de reducidos escenarios y prácticamente neorrealista; y con una historia tan sencilla y serena que, por esto mismo, quizás sea más profunda de lo que pueda pensarse, el director Ermanno Olmi, nos regala un fresco sobre la vida del pueblo; pletórico de encantadoras y sensibles historias; bordado con esa sensibilidad que solamente poseen los grandes artistas; y con un especial grupo de personajes, cuyo calor y bondad nos llega muy adentro del alma.

Basado en las historias que le contaba su abuela, en testimonios de curtidos campesinos, y en las experiencias que él mismo tuvo mientras vivió en una granja, Olmi consigue bordar una conmovedora y ejemplar historia en la que abundan los milagros: De esos que se producen cuando en los hombres se deposita la confianza, pero, sólo en Dios se deposita la fe. De esos que te permiten vivir en paz porque, lo material que no posees, sabes compensarlo con hermandad, camaradería y respeto… y también, de esos que se causan cuando un nuevo niño llega al mundo, porque, según como lo trates, será lo que de él recibas.

Entre las historias que se cuentan, encantadora la del anciano que se encuentra una moneda; la del padre instruyendo a su hija en la siembra; la de la joven Maddalena (Lucia Pezzoli) consiguiendo pretendiente; la de la vaca enferma… y para la eterna memoria, la del pequeño Minek (¡maravilloso Omar Brignoli!) cuyos zuecos se han arruinado y el padre decide remediarlo. Todo esto, dicho en palabras del director italiano: “Para invitar a que el hombre se confronte con esa realidad campesina que contiene todas las indicaciones necesarias para ayudarnos a proponer, de nuevo, una sociedad en la que ningún hombre se sienta abandonado”.

Olmi, tuvo en sus manos una obra maestra… pero, tengo que decir que le faltó mucho rigor en la edición. Dos horas hubiesen bastado, y nos habríamos ahorrado excesivas caminatas y largos desplazamientos que poco transmiten, y una que otra escena que, quizás, las dejó para asegurar la presencia de algunos campesinos que colaboraron durante el rodaje.

Pero, a fin de cuentas, <<EL ÁRBOL DE LOS ZUECOS>>, es un filme que nos llega al alma.
Luis Guillermo Cardona
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8
5 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Portugal se abolió la esclavitud en 1761, convirtiéndose en la primera monarquía europea en dar este gran paso hacia la civilización. La Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, hicieron posible que, en Francia, se aboliera la esclavitud a comienzos de 1794… empero, como Napoleón Bonaparte la restableciera en mayo de 1802, hubo que esperar, ¡hasta 1848!, para que pudiera darse la abolición definitiva. En 1807, fue Inglaterra la que decretó la abolición de la trata de esclavos… pero, sólo en 1834, quedaron libres los esclavos de las colonias británicas. Aunque la trata de negros comenzó a prohibirse en algunos territorios de los Estados Unidos de Norteamérica a partir de 1789, y la libertad de los esclavos la promulgó, Abraham Lincoln, en 1863, los afrodescendientes siguieron siendo subyugados durante muchas décadas más. Presionado por las potencias de la Restauración Europea, Fernando VII tuvo que abolir la trata de esclavos en España en 1817, pero, se dio una larga hasta 1820, para que los negocios en camino no fueran a tirarse por la borda… ¡y esto sonaba bastante literal! Empero, al llegar al trono Isabel II, los liberales la convencieron de mantener la esclavitud en las colonias. Según el Diario de Barcelona, si el rey Amadeo hubiese refrendado la nueva ley abolicionista que se estaba proyectando en el Parlamento, en 1873, le hubieran dado un golpe militar… así que hubo que esperar otros tantos años para que los esclavos de las colonias por fin pudieran ser libres. El 2 de junio de 1816, el libertador Simón Bolívar, decreta en Colombia, “la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados”.

…Y cuando pareciera que ya la mayor parte del mundo se ha sacudido semejante infamia y ha reconocido los derechos del hombre de cualquier raza o nación, en la ONU se propuso declarar el año 2004: El año Internacional para Conmemorar la Lucha contra la Esclavitud y su Abolición, pero sin embargo, hubo países que se abstuvieron: Estados Unidos, Israel, Australia y Canadá. ¡Qué tal esto!

En 1829, con su pequeña, pero significativa novela, “Tamango” (en zulú: Plan, propósito, conspiración…), el escritor francés, Prosper Mérimée, quiso hacer su particular alegato contra la esclavitud y nos cuenta una de las innumerables tragedias que ocurrieran durante el abominable tráfico de esclavos. Es una historia muy cruenta y vigorosa (ambientada en un barco, paradójicamente llamado “L’Esperance”, en el cual, desde Nantes, se llevará a 160 esclavos traídos desde África con dirección a Senegal), pero contada en un tono directo, sin sensiblería y sin juicios hacia sector alguno. Mérimée cuenta los hechos con vigor y sin pulimentos, y tomar partido o no, lo deja como tarea nuestra.

De esta novela, y de otro significativo libro titulado, “Diario de la Trata de Negros”, partió el director, John Berry, para su película <<TAMANGO>>, pero, la versión es libre, con marcadas variaciones sobre todo al principio y el final, aunque se le abona que logra mantener la imparcialidad de Mérimée, matizando a todos sus personajes de la manera más equilibrada. Siento que la película resulta particularmente novedosa y emotiva, y las vigorosas actuaciones de, Curd Jürgens (aquí llamado, capitán Paul Decker), Dorothy Dandridge (como Ayché), Roger Hanin (el contramaestre, Bebe) y aún la de Alex Cressan como Tamango, entre otros, refuerzan un drama que consigue dejar sentado que, la esclavitud es uno de los historiales más oscuros de la humanidad a lo largo de los tiempos.

¿Y saben por qué esta película estuvo prohibida en EE.UU., y en Francia y sus colonias? Porque hay un intenso romance entre el capitán y su esclava Aiché… y esto incluye unos cuantos besos apasionados. ¡Y a estos los llaman países civilizados!
Luis Guillermo Cardona
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6
5 de octubre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que publicara su exitosa novela “Shining Mountains” (1953), a Steve Frazee (1909-1992) se le conoció como ‘el escritor de westerns honestos’, dado que no pretendía impactar con sus historias sino recrear hechos que fueran fiel reflejo del oeste estadounidense. Así las cosas, son seres humanos con valores y debilidades, con aciertos y desaciertos, con suerte y desgracia, los que aparecerán en sus novelas. Por supuesto, no hay lugar para fantasiosos heroísmos y la realidad no lucirá pintada de “colores” mágicos que nunca haya tenido. En las novelas de Frazee, el lejano oeste podrá verse tal como era... y claro, ¡esto no será del gusto de todos!

Habiendo vivido muchos años en las montañas de Colorado, el escritor tuvo un innato interés sociológico que le permitió conocer con lujo de detalles la idiosincrasia de sus coterráneos, y cuando decidió que contar historias y publicarlas era lo suyo, su olfato se agudizó pudiendo recopilar aventuras que darían cuenta de un importante momento histórico, y donde queda objetivamente plasmada la violencia, la trapacería, el arribismo… y otras vergüenzas que hacían bien difícil la convivencia, pero también, la perseverancia, la solidaridad, la unión familiar y entre vecinos… que haría posible la pujante sociedad que, aún sigue siendo, Estados Unidos de Norteamérica.

“Si queremos algo tenemos que luchar por ello… ¡y el doble para mantenerlo!”, es un lema que se repetirá en, <<LEGADO SALVAJE>>, y lo que vamos a ver es la travesía que asumen dos familias de pioneros (los Breslin y los Bascomb), quienes parten en busca de una nueva tierra donde vivir en paz. El camino va a estar bordado de rosas y espinas… y serán los jóvenes los que habrán de tomar la rienda para comenzar a forjar un cambio en la historia y un prometedor futuro.

Para, Charles F. Haas, este filme es como un puente entre el director de westerns que fuera hasta entonces, y el realizador de dramas juveniles de los que se ocuparía desde este mismo momento. Como el escritor, Haas fue también un hombre comprometido con la verdad, y sin reserva alguna, hace su película con chicos, y chicas, del común, figurando solo, Maureen O’Sullivan y Will Rogers Jr., como estrellas reconocidas. Sin embargo, siento que fueron los jóvenes actores, Rod McKuen (Dirk), Judi Meredith (Callie), Gigi Perreau (“Missouri”) y George Winslow (Talbot), quienes imponen el mayor vigor y atractivo a esta historia familiar, que se asemeja un poco al estilo de la inolvidable serie, “The Little House on the Prairie”.

<<LEGADO SALVAJE>>, es la clase de película para ver, muy juntitos en casa, una fría mañana de domingo.
Luis Guillermo Cardona
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