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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
7
27 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El productor, Stanley Kramer, tuvo un enorme gesto de entereza, tolerancia y comprensión, cuando se propuso dejar de lado los señalamientos que se le hicieran al valioso director, Edward Dmytryk, por su delación ante la HUAC, tras haber estado un año en prisión acusado de afiliación al partido comunista. Después de cumplir su condena, Dmytryk se autoimpuso un exilio en Inglaterra donde consiguió dirigir tres nuevas películas, pero, luego regresó a los Estados Unidos de Norteamérica y allí se presentó a declarar, e incriminó a varios de los colegas y amigos que ya habían sido identificados como miembros del PC. La compensación, fue el retiro de su nombre de la lista negra, y fue entonces cuando, el productor Kramer, decidió darle la oportunidad de rehacer su carrera, asignándole la película, <<EL FRANCOTIRADOR>>, en la que tendría que dirigir al actor, Adolph Menjou, uno de los más recalcitrantes conservadores de la Meca del Cine y un fuerte delator ante la oprobiosa HUAC. Cuando al propio, Menjou, se le preguntara más tarde, “¿por qué permitió que lo dirigiera un comunista?”, respondió con cierta sorna: “Because I’m a whore” (Porque yo soy una puta) (1).

Sin embargo, si se observa bien la película, Dmytryk, no da ninguna notoriedad al personaje de Menjou, el teniente Frank Kafka, cuyo nombre -asociable al del celebrado escritor checo, Franz Kafka- apunta al interés del autor de, “La Metamorfosis”, por los sentimientos de culpa, los choques padres-hijos, la angustia existencial… y la violencia física y psicológica que abunda en nuestra sociedad. En resumidas cuentas, los mismos temas de los que se ocupa, <<EL FRANCOTIRADOR>>, a plenitud.

El guion, escrito por Harry Brown, siguiendo una historia escrita por los esposos, Edna y Edward Anhalt, pretende recrear la clase de circunstancias que llevan a un hombre a convertirse en un asesino en serie, aún en contra de sí mismo. Se trata aquí de un joven veterano de guerra que, resentido por el trato que su madre le diera -y bien seguro afectado por los traumas que ocasionan los conflictos bélicos-, se convierte en un incontrolable psicópata-feminicida, motivado a matar por los detalles más insignificantes.

Considero que la trama se queda corta al dar escasos y muy vagos detalles de los hechos que pudieron traumatizar al francotirador, Edward Miller, pero, ilustra un poco mejor, la serie de ocasiones en que, las instituciones del Estado, malogran la oportunidad de detener el proceso de aquellos inadaptados que aspiran a redimirse. Con autoridades sagaces, responsables, y con amplia capacidad de reacción… ¡cuántos crímenes, cada año, podrían evitarse en el mundo entero!

Arthur Franz, como Eddie, logra transmitir esa imagen del hombre que pareciera no matar una mosca, y cumple muy bien con el rol del joven repartidor de lavandería que, armado de una carabina M-1, decide enfrentar a esa sociedad intolerante y agresiva, donde pareciera no encajar. Marie Windsor, es Jean Darr, la guapa pianista que se pondrá en su camino; y Richard Kiley, es el psiquiatra que intentará describir, con la mayor claridad, los rasgos del psicópata de turno que ahora ronda las calles de San Francisco.

(1) IMDB. Trivia

Título para Latinoamérica: PÁNICO
Luis Guillermo Cardona
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7
21 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando sale de prisión, tras una condena de trece meses, Tonny, busca a su padre esperando obtener con él un empleo, pues, tiene ganas de rehacer su vida… pero, el negocio de su progenitor es robar y vender autos, y la vida que lleva no dará a su hijo ningún tipo de ejemplo como para que pueda enderezar su camino. Así que, no tarda Tonny en volver a las andadas, pero, aún subsiste en él algo de bondad y de principios… y habrá que ver que camino le permiten, o se decide a seguir.

En el cuero cabelludo que cubre el hueso occipital de la cabeza de Tonny, todavía lleva escrita la palabra, Respect, la cual eligió, quizás, porque es lo que más desea en la vida. Ahora no cuenta con Frank, pues, éste decidió irse lejos para huir de sus perseguidores, y la relación entre ellos, seguro terminó tras la paliza que su amigo le diera.

El guionista y director, Nicolas Winding Refn, prosigue, con buen pulso, las oscuras aventuras de los traficantes de droga, dejando plasmado otro sugerente retrato de la malograda existencia de estos personajes que no tienen horizonte, y que viven con la zozobra, los enemigos y la sensación de impotencia (o de prepotencia) a cada paso que dan.

Rodado, también, con cámara en mano y de forma lineal, el filme resulta muy dinámico, pues, contrasta con eficiencia ciertos toques de humor negro, con algo de morbo, más una buena dosis de drama familiar, pues, esta vez Tonny se convertirá en padre, a la vez que va observando si, quienes lo rodean son la suerte de personas con las que podrá llevar una vida respetable… y, ese pequeño al que resulta tan difícil acoger, quizás ¿será un día el que marque la diferencia?

Con esa pinta de machote medio tontuelo, pero, con un corazón más grande de lo que aparenta, Tonny (muy bien representado por, Mads Mikkelsen) resulta un magnífico personaje, pues, se mueve en esa suerte de contradicciones en las que, los principios, se ven puestos a riesgo ante las presiones de quienes se ha elegido como amigos, cómplices o aliados. ¿Será capaz, Tonny, de sortearlas cómo se debe?

Leif Sylvester, es el Duque, el padre que más anhela un hijo astuto para los negocios que él maneja, que un hijo redimido para bien de la sociedad; y, Anne Sørensen es Charlotte, la madre entrampada en el vicio de la coca; una presencia muy tóxica para todos los que la rodean.

El director ha dedicado su película al escritor, Hubert Selby Jr., no solo por la amistad que los une desde que juntos hicieran, “Fear X”, sino que también, Selby, se ha ocupado en sus novelas y guiones de los problemas con las adicciones.

<<PUSHER II>>, obtuvo 11 nominaciones a los Premios Robert (Robert prisen) del Cine Danés, habiendo ganado por Mejor Película, Director, Actor (Mikkelsen), Guion, Actor de Reparto Sylvester) y Cinematografía.

Título para Latinoamérica: EL TRAFICANTE II
Luis Guillermo Cardona
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6
13 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de los Estados Unidos de Norteamérica, tiene tantos lunares negros en su haber que ellos bendicen al cine porque, gracias a este poderoso arte, han podido contar la historia no como sucedió sino como conviene contarla para aligerar sus conciencias y convertir en malos a los que fueron sus víctimas, mientras ellos se erigen como defensores de la libertad y la justicia.

Sería bien difícil contar cuántas películas se han hecho, en Hollywood, falsificando la historia. ¿Cuántas se han hecho mostrando a los pueblos indígenas como enemigos de la paz? Como, éste, es de los más gravosos hechos históricos mediante los cuales los imperialistas lograron expandir su territorio, puesto que significó arrasamiento de pueblos nativos, expropiaciones y tratados incumplidos, pronto se convirtió entre los que más se ha insistido en el cine para borrar esa imagen que ningún niño debe conocer porque, entonces, sabría cuán falso es el cuento de, “La Gran América”.

Los Ute -a sí mismos llamados, los Núuchi-u = la Gente- son un pueblo nativo que habitó grandes territorios de Utah y Colorado. Eran cazadores, agricultores y comerciantes. Estaban divididos en 12 grupos familiares, y aunque eran pacíficos, se volvían guerreros cuando debían defender sus intereses. A mediados del siglo XIX la Fiebre del Oro y la expansión de los colonizadores, trajo para, los Ute, toda suerte de violentas presiones con las que se buscaba desalojarlos de sus territorios ancestrales.

Las presiones y el extermino de su gente llevaron a que, en 1849, los Ute firmaran con el gobierno de los EE.UU., un tratado de paz; pero, 12 años después (1861), sin tratado ni compra alguna, y solo por una orden ejecutiva, se les quitó la tierra que se reduciría al 50% con el Tratado de Conejos de 1863. En esto perderían las aguas curativas de Manitou Springs y la tierra sagrada de Pikes Peak… y lo acordado en el nuevo tratado –entrega de ovejas, ganado y $10.000 dólares en bienes y provisiones durante 10 años- muy pocas veces se cumplió. Como puede verse, razones más que suficientes para que, los Ute, no vivieran conformes con el trato que les daba la sociedad y el gobierno estadounidense.

Los que nos cuenta el director, Ray Enright, en su película, <<EL CAMINO DE LA VENGANZA>>, es un hecho puramente ficticio donde de nuevo se busca mostrar a la sociedad estadounidense como la víctima, aunque, sutilmente, el director muestra como líder del grupo de indios renegados a un hombre blanco que nadie ha conseguido identificar y al que solo se conoce con el nombre de Sidewinder (Serpiente de cascabel, muy común en los desiertos americanos).

Si se logra dejar de lado la verdad histórica, el cuento resulta entretenido. El director logra, una vez más, una convincente puesta en escena y ejecuta con buen oficio las escenas de acción… y además de tener como protagonista al calificado, Sterling Hayden, se hizo con dos chicas, Barbara Rush (Nora) y Arleen Whelan (Carolina) que nos cautivan tan pronto aparecen en pantalla.

Título para Latinoamérica: <<LA FLECHA ARDIENTE>>
Luis Guillermo Cardona
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6
10 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la campaña presidencial de 1860, los republicanos en cabeza de Abraham Lincoln, apoyaron la larga protesta que abogaba por la abolición de la esclavitud. De inmediato, los estados del sur asumieron esta intervención como una violación a sus derechos constitucionales, pero, los estados del norte obtuvieron la mayoría de los votos electorales a nivel nacional y, Lincoln, fue elegido presidente. Era el primer candidato de los republicanos que llegaba a la casa blanca, pero, antes de que pudiera posesionarse, siete estados del sur que necesitaban a los esclavos (mano de obra barata) para poder sostener la siembra y recolección del algodón (del cual dependía en gran parte su economía), establecieron una confederación y declararon su propósito de secesión. Esos estados fueron: Georgia, Louisiana, Alabama, Mississippi, Texas, Carolina del sur y Florida. Aunque se sumaron a ellos otros ocho estados también esclavistas, éstos rechazaron de plano la división.

El presidente demócrata hasta entonces, James Buchanan, al igual que Lincoln, declaró ilegal la pretendida secesión, y ante la firme posición del gobierno de declarar abolida la esclavitud, el ataque de los ejércitos confederados al fuerte Sumter en Carolina del Sur, desataría la guerra cuando, Abraham Lincoln, recién asumía la presidencia.

La Guerra de Secesión o Guerra Civil Estadounidense, fue una cruenta lucha de cuatro años (1861-1865), en la que lucharon hermano contra hermano. Los de la Unión, buscando la libertad de una raza discriminada, abusada, explotada y asesinada durante muchísimos años; y los Confederados, queriendo preservar sus infames privilegios contra los derechos humanos y civiles de las minorías raciales.

En ese entonces, la principal reserva de oro se encontraba en California y para poder sostener la adquisición de armas y municiones, la Unión debía adquirir allí este mineral -pagándolo en dólares- debiendo transportarlo en diligencias hasta el norte, soportando el ataque de los confederados que buscaban impedirlo a toda costa.

Uno de estos episodios, es lo que va a contarnos el director, Budd Boetticher, en su película <<WESTBOUND>>, que, aunque no ha resultado tan jugosa como otras que realizara, deja al menos plantado lo que ocurría en aquellas aventuras por la abolición de la esclavitud. Se comprende que la austeridad presupuestal con la que trabajaba este gran director, no le daba para grandes puestas en escena, pero, en su interés de crear personajes con vida que fue siempre lo que más lo motivó, dejó minimizado el hecho central que, en este caso en particular, era lo que realmente interesaba.

Así las cosas, la historia se desliza entre dos trágicas historias de amor, y el héroe -aquí llamado John Haynes- queda como una simple esperanza entre ellos… mientras llega el momento de darse coscorrones contra los malhechores de turno. Huele un poco a deja vú y eso hace que pierda autenticidad… aunque los personajes, sin duda, tienen su encanto.

Título para Latinoamérica: PATRULLA DE AUDACES
Luis Guillermo Cardona
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8
2 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hastiados de la prepotencia y la hipocresía -mezcla de guerrerismo y falsas prédicas morales- que venían imponiendo los adultos de la primera mitad del siglo XX, los jóvenes comenzaron a responder con una posición libertaria, y sobre todo, pacifista, la cual se convertiría, en la década del 60’ y 70’, en un movimiento de alcance casi mundial que se conocería como Hippismo.

Derivada de la palabra inglesa: hip > novedoso, de moda… de ésta se derivó, hipster > el que se siente hip o hippie > vanguardista, adelantado. Así, se entremezclaron los blancos inconformes, la cultura negra, los intelectuales bohemios y los amantes del jazz, entre otros… y el resultado generó modas, libros, canciones, poesía… y por supuesto, películas.

Con base en el nuevo principio del Amor Libre, en el séptimo arte se harían filmes tan respetables como, “Jules et Jim” (François Truffaut, 1961), Dona Flor e seus dois Maridos (Bruno Barreto, 1976), “Willy and Phil” (Paul Mazursky, 1980), “Das wilde Leben” (Achim Bornhak, 2007)… y entre éstas y otras, aparecería, <<LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE>>, filme dirigido por, Joshua Logan, quien, de manera muy libre, partió del musical producido en Broadway y estrenado en el Teatro Shubert, el 12 de noviembre de 1951, habiendo logrado 289 representaciones.

El guion, a cargo de Paddy Chayevsky y el compositor y productor, Alan Jay Lerner (quien interferiría en la realización al punto de asfixiar al director), agrega muchas de las escenas exteriores y del musical sólo toma el título, las escenas de la fiebre del oro y unas cuantas canciones. También consolida y amplía el rol de, Elizabeth, al haber contado con esa supermujer llamada, Jean Seberg; y da mayor participación al Pardner (Socio) para alentar el divertido juego del ménage a trois.

Logan, aspiraba a hacer un filme menos musical y con una mayor dosis de comedia liberal, pero no logró hacer todo lo que quería, y el tono semi-musical del filme a ratos se torna pesado, no obstante que unas cuantas canciones son magníficas (“The Gospel of No-name City”, “Whoop-Ti-Ay!”, “I Told to the Trees”, “Wand’rin’ Star”…) y que la puesta en escena es de primera línea.

Lee Marvin, hizo su rol tan realista que nunca tomó otra cosa que whisky durante el rodaje y, Clint Eastwood, también estuvo muy bien como el amigo leal a su desvirolado, pero, simpático socio.

Con todo, <<LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE>>, es puro divertimento y, sin duda se pasa un rato bien agradable viendo las aventuras y desventuras de ese singular trío y sus reprimidos colegas.

¡Ah, y la secuencia de los túneles y sus consecuencias está como para no perdérsela!
Luis Guillermo Cardona
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