Hush es una de aquellas películas que no conoce ni cristo y que te salva una tarde. Hablamos de la clásica cinta “home invasion” con el añadido de que nuestra víctima es sorda a raíz de una meningitis. Con este matiz, el director de la entretenida Oculus, juega con total libertad para ofrecernos aquellas clásicas escenas donde el asesino se sitúa detrás de la víctima sin que ésta se percate de su presencia.

La víctima vive aislada tanto geográficamente como sensorialmente y Hush se mueve por estos derroteros paseándose entre el thriller, la tensión y el terror ofreciendo un halo original al ya trillado género del extraño que se cuela en el hogar. La crítica en general, apoya el film, y es un aspecto que personalmente me importa… nada, pero entre esta vorágine positiva se cuela un tuit del magnánimo Stephen King valorando favorablemente el film. Netflix ya ha dado buena cuenta de esta repercusión y la ofrece a través de su portal.

Después de una breve introducción de los personajes, a continuación se nos muestra el brutal primer asesinato que ya refleja que aquello va a ser un festín para nuestros ojos, sazonado con una víctima que no quiere ser la pobre discapacitada sino aprovechar su “ventaja” sensorial para jugar con el asesino. Si hubiera que darle un toque de atención, totalmente personal, sería la prontitud en la que nuestro asesino se despoja de su máscara, aspecto que difiere de las clásicas slashers potenciando su originalidad pero es que uno vive en el pasado y ya estoy muy hecho.

En conclusión, muy recomendable para ver en días como el de hoy y habrá que estar atentos a un director con mucho potencial. Un saludo.

He podido visionar las dos del tirón y puedo confirmar que el “risión” que he padecido en esta secuela no lo he vivido en la anterior. La primera estira demasiado el gag soez llegando, ya no a ser desagradable, sino cansino y repetitivo. Además los diálogos entre la pareja protagonista dan una sensación totalmente inverosímil y es como si tuvieran 12 años discutiendo si aún son guays o no.

En Malditos Vecinos 2, todo cambia, y se deja de lado esa conversación ridícula del "somos guays o no" para reírse de las situaciones cotidianas de la vida adulta con hijos. La película se convierte en un buen episodio de hora y media de cualquier sitcom. También se reduce la presencia en pantalla de la pareja formada por Rogen y Byrne, y se quiera o no, este aspecto mejora la película dando un protagonismo más coral a Zac Efron, que quién lo diría, está fantástico y a Grace Moretz que personalmente me convence.

Obviamente, hay momentos cerdos pero en su justa medida y con gracia (lluvia de tampones); y además se le añade a la cinta un porcentaje de humor absurdo (y caídas) bastante elevado, como por ejemplo los diálogos que mantienen entre el personaje de Zac Efron y la pareja protagonista (solidaridad). Y no hay que hacer mucho hincapié para saber que el humor absurdo es la salsa de nuestra existencia.

A parte toca con bastante atino conflictos sociales que en su precuela olvidaba completamente. El tema de la homosexualidad gracias al mejor amigo del personaje de Efron o también vemos como la hermandad femenina rompe los grilletes del machismo universitario organizando fiestas por todo lo alto. Siempre estos aspectos con un humor perfecto y sin caer en el picha, chocho y coito hasta la saturación.
Malditos Vecinos 2 te gustará más que Vacaciones (2015) e Infiltrados en clase (2012) y te gustará igual que Somos los Miller (2013).

The Stuff es una película de bajo presupuesto de serie B que mezcla comedia y ciencia ficción y una subliminal crítica consumista. Sólo hay que ver aquella explosión del local The Stuff rodeado sospechosamente de un McDonalds y un KFC. La historia es sublime. Un trabajador de una minería encuentra el néctar de los dioses en la nieve y ese yogur pasa de su boca a venderse en todos los supermercados del país. Sin control sanitario ni nada.

La película costó 1.700.000 dólares que es un señor pico y lo único que sabemos es que gran parte de ese presupuesto no fue destinado a los efectos especiales sino a la imprenta que se dedicó a etiquetar todo tipo de envases y de carteles publicitarios con las palabras The Stuff. A sabiendas que se trata de una comedia de terror, uno se lleva la sensación que se podría haber hecho mucho más en todos los aspectos. Aún así se han de valorar los esfuerzos de aquella época en conseguir réplicas tangibles de los personajes o criaturas del film y que era (y es) la salsa de este tipo de cine. Ni croma ni exceso de CGI.

Sorprende mucho la retahíla de actores de renombre que aparecen en la cinta. Por ejemplo, Paul Sorvino, visto en Uno de los Nuestros (1990), Abe Vigoda del Padrino I y II o Danny Aiello nominado al Óscar por actor de reparto por Haz lo que debas (1989). Y como regalo sorpresa un Patrick Dempsey que aparece cinco segundos en pantalla pero que es la risa si ves su cara a día de hoy y más, si es para traficar con dicho yogurt asesino.

En fin, una de aquellas películas ochenteras de tono cutre y que rebosaba imaginación por todos los lados con un lácteo y dulce resultado. Un abrazo.

Un niño enamorado del terror pierde a su madre y queda a cargo de su malvado tío (Kevin Dillon). El niño sufre bullying al ser considerado un bicho raro por su afición a los monstruos. Sin embargo, en un momento de venganza, el chico invoca a sus monstruos para mostrar a su tío el respeto que debe de tener hacia los iconos del terror.

Sin duda, uno de los capítulos con el inicio más aterrador de todos los Creepshows y precisamente, no me refiero al miedo, sino a la pérdida. Bien rodado y a pesar de la limitación de minutaje de los episodios, se crea un vínculo madre-hijo muy potente con referencias al amor por las películas. Un acierto fuera de la temática habitual de estos episodios que podemos observar también en el final del capítulo de Halloween.

Varios homenajes existen en este capítulo como a Indiana Jones, los monstruos de la Universal, Abbot & Costello… En concreto, la última película que ven madre e hijo es Abbott y Costello conocen a Frankenstein. Además, la idea del vudú para dañar a un familiar me retrotrae a la intrahistoria que enlazaba los relatos de Creepshow I donde un niño se vengaba de su padre a través un muñeco comprado a través de la sección de televenta de la revista Creepshow.

Capítulo muy recomendable de la nueva era Creepshow de Greg Nicotero.

Una familia que se dirigía a disfrutar de sus vacaciones, se ve obligada a desviarse en la carretera y seguir por un misterioso camino. De repente, hallan un circo perdido en el desierto donde un hedor nauseabundo se extiende por toda la carpa. Humanos y zombies participan en la obra pero a cada función el público se va reduciendo.

Sorprendente capítulo confeccionado a modo de animación que podría haber sido la semilla para un largometraje.
Historia con crítica tecnológica y familiar narrada por una adolescente mediante tuits. La joven publica lo mucho que odia a su madre y lo aburrido que es pasar un verano con su familia. Sin embargo, el circo se vuelve hostil y el miedo provocará que valore más a su familia.

Relato corto escrito por el segundo hijo de Stephen King, Joe Hill, y dirigido por Greg Nicotero, donde vemos influencias de Abierto hasta el Amanecer (salvando las lógicas distancias) y es de las mejores historias de la nueva colección Creepshow. La realidad es que los dos capítulos de animación de esta temporada son soberbios. No os perdáis Superviviente de la misma temporada.