Ayer me pasé por un establecimiento donde venden todo tipo de cultura y ví el DVD de esta excelente película sueca a muy buen precio, así que no dudé en hacerme con ella para guardarla entre mis más preciados tesoros.
Aunque por la noche ponían en TV "La vaquilla", una de las mejores obras de Berlanga y la película favorita de mi padre, fallecido hace unos años y superviviente de aquella sangrienta reyerta español contra español, el magnetismo de este filme sueco me hizo decidirme por él a la hora de pasar una velada cinematográfica de sábado por la noche -tengo 49 años, sigo casado y tengo dos hijas, por lo que los sábados por la noche los suelo usar para descansar y ver buen cine-.
Realmente el centro de esta película excepcional no es el vampirismo, sino el acoso escolar. -Está ambientada en la Suecia de los setenta, y el primer casi de "bullying" está descrito en la literatura científica en Noruega en 1973, creo, con el caso de un adolescente que era víctima de dicho acoso y se suicidó, destapando el horrible mundo del "matonismo" -traducción literal de "bullying" y palabra mucho más cruda- en la infancia-adolescencia.
El centro es el matonismo y la salida que cualquier adolescente en el lugar de Oskar, el protagonista, buscaría. Abandonado a su suerte por una madre que es un cero a la izquierda y con la que no puede contar para nada, divorciada de un padre alcohólico, que prefiere beberse una botella de Vodka con un amigote a pasar una velada con su hijo, la única salida del protagonista es un romance con una niña de su edad con poderes paranormales -vampira en este caso- que pueda ayudarle a vencer a los inmundos matones de su instituto.
Y esa fantasía de liberación, que suelen tener todos los niños-adolescentes acosados en todo el mundo, sirve al magnífico director Tomas Alfredson para realizar una de las mejores películas europeas de los últimos años.
Sigo en "spoiler".