Mi padre trajo a casa el libro en forma de historieta cuando yo tenía unos 6 años y aquellas viñetas me daban miedo. Y eso que yo no sospechaba su carga ideológica, su valor alegórico, su trasfondo social, político, económico y cultural.

La película me produce una sensación parecida en la actualidad.
Desasosiego, incomodidad y cierta desazón.
Si como ensayo la obra es brillante, el largometraje de J Batchelor y J. Halas apunta muy alto.

El dibujo es descriptivo y terrible, el juego de las perspectivas crea magia, el tenebrismo acentúa la tensión, los fondos le confieren fuerza expresiva, la narración fluye como por encanto y la movilidad de la cámara proporciona una viveza inigualable.

La obra de Orwell tiene una versión excelente en el séptimo arte.