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9
5,2
44.100
Acción. Ciencia ficción. Thriller. Fantástico
Lucy, una joven obligada a ejercer de mula de una nueva y potente droga, adquiere de repente enormes poderes sobrenaturales cuando la bolsa de la droga se rompe y los narcóticos entran en contacto con su cuerpo. Entonces, su cerebro comienza a aumentar la capacidad de uso hasta poder ser utilizado al 100%, convirtiéndose en una máquina letal con habilidades extraordinarias. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de los muchos comentarios mordaces, incluso dañinos sobre la cinta, me armé de valor y me enfrenté a ella con sentimientos muy encontrados, (realmente lo único que me empujaba a verla era el talento de un director brillante como Luc Besson) y quizás por haber partido de esos prejuicios inevitables que vaticinaban una gran cagada decepcionante, la película me ha sorprendido mucho y muy gratamente. Luc Besson logra un nivel de perfección cinematográfica, pocas veces visto, con ésta, su última oferta, una cinta compleja a pesar de su sencillez, salvaje, irresistible y absolutamente disfrutable.
El cineasta francés Luc Besson, quien estuvo a cargo de "Le Femme Nikita", "Angel-A" y otras tantas películas de mujeres duras, lleva el thriller de acción de corte feminista al siguiente nivel. Esta extravagante pero entretenida crónica de la mutación de una joven en apuros en una mujer de armas tomar invencible gracias al desarrollo hasta ahora inaudito del 100% de los poderes mentales del cerebro humano. Nuestra protagonista desafiará así, con su mega cerebro a las mismas reglas de la biología, al abordar directamente la premisa de que "sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro". En un mundo completamente objetivo, esta idea absolutamente desmentida y rebatida por gran parte de la Ciencia de hoy día, puede llevarnos a enfrentarnos a “Lucy”-que comparte nombre con el esqueleto del simio hallado en los 70 y que supuso una revolución del concepto evolutivo- con un montón de prejuicios de partida, así que dejen sus batas de analistas, físicos, médicos y demás científicos en el perchero de casa y déjense arrastrar a la irrealidad de Besson para poder disfrutar plenamente la peli.
"Lucy", una irresistible, deliciosa y extremadamente sensual Scarlett Johansson da vida a una de esas mulas, en un mundo mucho menos sórdido pero igual de transtornado, que debe transportar en su barriga una bolsa de extraños cristales azules llamados CPH4, drogas sintéticas que parten del equivalente de nutrientes especiales que las madres embarazadas producen hormonalmente para criar a sus fetos, (Alguien pronuncia ominosamente en el film lo suficiente acerca de la sustancia: " Para un bebé, que contiene la potencia de una bomba atómica. "), con un billete de avión para Estados Unidos. Sin embargo, la bolsa se rompe, y la última cosa que sus desalmados trileros salvajes esperan de ella es la poco probable represalia tras el dichoso accidente. Lucy da la vuelta a la tortilla de forma que ni siquiera ella podría haber imaginado y conforme la droga va haciendo efecto en su cuerpo y mente (inteligentemente marcados los tiempos por el porcentaje de desarrollo mental), se va convirtiendo en una súper mujer, nunca en una “súper heroína”, como bien se empeña Besson en señalar en toda entrevista. Para el papel, aunque ahora Besson se apresura a tratar de desmentirlo, le había echado el ojo a Angelina Jolie como protagonista, pero al tener la Jolie que abandonar el proyecto, y puesto que la relación Besson-Jovovich no acabó muy diplomáticamente, aunque uno ve en cada una de sus pelis posteriores a la ruptura papeles creados pensando en la belleza poco expresiva de la misma, Johansson se quedó con el presonaje, que todo hay que decirlo, le viene como anillo al dedo.
De hecho, la actriz Scarlett Johansson sería por sí sola toda la peli si no apareciese por allí, como de tapadillo, Morgan Freeman dando una conferencia como prestigioso médico, el profesor Samuel Norman, el mayor experto del mundo en la materia gris.
El actor coreano Choi Min-shik, que protagonizó la magnífica y siempre reivindicable primera versión del director Chan-wook Park del thriller de venganza "Oldboy" (2003), recientemente (mal) remakeado, compone un villano memorable llamado Sr. Jang, odioso y odiable como pocos. Por otra parte, los secuaces impecablemente interpretados del Sr. Jang son salvajemente exagerados, un poco “a lo Tarantino”, homicidas sin escrúpulos manipulados por el malo de la peli.
Las secuencias de acción en "Lucy" son impresionantes, especialmente la que retrata una persecución de coches, predecible pero muy, muy emocionante, a través de París.
Los gráficos que usa Besson en la acción informando el porcentaje de la capacidad intelectual que nuestra protagonista va siendo capaz de aprovechar hasta el fundido de salida cuando concluye su increíble metamorfosis son, como ya dije, un recurso simplón pero altamente efectivo.
El cineasta francés Luc Besson, quien estuvo a cargo de "Le Femme Nikita", "Angel-A" y otras tantas películas de mujeres duras, lleva el thriller de acción de corte feminista al siguiente nivel. Esta extravagante pero entretenida crónica de la mutación de una joven en apuros en una mujer de armas tomar invencible gracias al desarrollo hasta ahora inaudito del 100% de los poderes mentales del cerebro humano. Nuestra protagonista desafiará así, con su mega cerebro a las mismas reglas de la biología, al abordar directamente la premisa de que "sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro". En un mundo completamente objetivo, esta idea absolutamente desmentida y rebatida por gran parte de la Ciencia de hoy día, puede llevarnos a enfrentarnos a “Lucy”-que comparte nombre con el esqueleto del simio hallado en los 70 y que supuso una revolución del concepto evolutivo- con un montón de prejuicios de partida, así que dejen sus batas de analistas, físicos, médicos y demás científicos en el perchero de casa y déjense arrastrar a la irrealidad de Besson para poder disfrutar plenamente la peli.
"Lucy", una irresistible, deliciosa y extremadamente sensual Scarlett Johansson da vida a una de esas mulas, en un mundo mucho menos sórdido pero igual de transtornado, que debe transportar en su barriga una bolsa de extraños cristales azules llamados CPH4, drogas sintéticas que parten del equivalente de nutrientes especiales que las madres embarazadas producen hormonalmente para criar a sus fetos, (Alguien pronuncia ominosamente en el film lo suficiente acerca de la sustancia: " Para un bebé, que contiene la potencia de una bomba atómica. "), con un billete de avión para Estados Unidos. Sin embargo, la bolsa se rompe, y la última cosa que sus desalmados trileros salvajes esperan de ella es la poco probable represalia tras el dichoso accidente. Lucy da la vuelta a la tortilla de forma que ni siquiera ella podría haber imaginado y conforme la droga va haciendo efecto en su cuerpo y mente (inteligentemente marcados los tiempos por el porcentaje de desarrollo mental), se va convirtiendo en una súper mujer, nunca en una “súper heroína”, como bien se empeña Besson en señalar en toda entrevista. Para el papel, aunque ahora Besson se apresura a tratar de desmentirlo, le había echado el ojo a Angelina Jolie como protagonista, pero al tener la Jolie que abandonar el proyecto, y puesto que la relación Besson-Jovovich no acabó muy diplomáticamente, aunque uno ve en cada una de sus pelis posteriores a la ruptura papeles creados pensando en la belleza poco expresiva de la misma, Johansson se quedó con el presonaje, que todo hay que decirlo, le viene como anillo al dedo.
De hecho, la actriz Scarlett Johansson sería por sí sola toda la peli si no apareciese por allí, como de tapadillo, Morgan Freeman dando una conferencia como prestigioso médico, el profesor Samuel Norman, el mayor experto del mundo en la materia gris.
El actor coreano Choi Min-shik, que protagonizó la magnífica y siempre reivindicable primera versión del director Chan-wook Park del thriller de venganza "Oldboy" (2003), recientemente (mal) remakeado, compone un villano memorable llamado Sr. Jang, odioso y odiable como pocos. Por otra parte, los secuaces impecablemente interpretados del Sr. Jang son salvajemente exagerados, un poco “a lo Tarantino”, homicidas sin escrúpulos manipulados por el malo de la peli.
Las secuencias de acción en "Lucy" son impresionantes, especialmente la que retrata una persecución de coches, predecible pero muy, muy emocionante, a través de París.
Los gráficos que usa Besson en la acción informando el porcentaje de la capacidad intelectual que nuestra protagonista va siendo capaz de aprovechar hasta el fundido de salida cuando concluye su increíble metamorfosis son, como ya dije, un recurso simplón pero altamente efectivo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En pocas palabras, "Lucy" se desarrolla como un, bastante estándar y oscuro, thriller de venganza también con ramalazos a mi admirado maestro del terror Eli Roth. Esta ágil versión de Universal Pictures se centra sobre todo en la transformación de nuestra protagonista de prácticamente una colegiala a una súper chica que ya no va a necesitar nunca más un hombre a su lado para vigilarle las espaldas. Ella se convierte en el equivalente a Liam Neeson en "Taken" y secuela, superándolo incluso, como mujer extremadamente desarrollada sin acabar de ser una heroína, pues todo lo mueve la venganza. Nuestra ingeniosa heroína logra escapar de las garras de los malos, y alerta a las autoridades acerca de sí misma y de los demás chavales usados como mulas. Por desgracia, y como era de esperar, la policía no está preparada para resolver la situación y se desata la debacle, las balas de los villanos comienzan a volar, los cuerpos se van apilando en montones en las calles y Lucy tiene que intervenir. Sin embargo, el thriller de Besson se transforma en una ciencia ficción de acción alucinante también con reminiscencias del Stanley Kubrick de "2001: Una odisea del espacio." Literalmente, la heroína llega a convertirse en el equivalente del monolito en la película de Kubrick.
Y es que, de hecho, es muy posible que ustedes se sientan engañados por un final bastante extraño y muy poco al uso. Sin embargo, Lucy acabará por convertirse en algo que no se parece en nada a lo que hayamos visto este verano en nuestras carteleras. “Lucy”, en el uso de sus referentes se convierte en una reminiscencia contínua de muchas otras películas. A bote pronto, junto a los ya citados films de Kubric y Tarantino, me vienen a la mente “Metropolis", "Fantastic Voyage", "Tron", "Chunking Express", "Koyaanisqatsi”, “Blade Runner”, "Baraka", "The Matrix", “Sin Límites”, "El árbol de la vida”..."
Pero realmente la originalidad no consiste en no aprovechar buenas ideas sino potenciarlas hacia algo nuevo y distinto una vez aprovechadas, y eso en “Lucy” es innegable.
'Lucy' ofrece un ritmo furiosamente rápido, convirtiéndose en un divertido viaje de principio a fin, y francamente no entiendo del todo la cantidad de críticas duras y negativas que va cosechando allá donde se estrena...
El final de la cinta, en el que nuestra prota ha evolucionado en un cambio emocional, divertido y relativamente creíble y ya es algo así como la versión femenina del Dr. Manhattan. Es una fascinante premisa demasiado ambiciosa que Besson juega con paso rápido y buen ritmo, puede resultar poco satisfactorio, incluso abrupto y aunque la lógica que pone en marcha todo el engranaje de la peli puede antojarse difícil de seguir en el primer visionado y resultar poco más que mediocre.
Técnicamente, con un CGI currado, un montaje sublime y una cámara prodigiosa, la película roza la perfección. Como la magnífica partitura de Eric Serra que llegado un punto, te hace respirar al ritmo de la música y la imagen. Pero donde la película realmente brilla es como espectáculo visual (muestra de un personalísimo ejercicio de estilo).
Afortunadamente, Besson alcanza el 100% de su potencial como director y vuelve a regalarnos una película original, diferente y deliciosa.
No se la pierdan. No la juzguen. Disfrútenla. MÁS EN NIDODECUERVOS
Y es que, de hecho, es muy posible que ustedes se sientan engañados por un final bastante extraño y muy poco al uso. Sin embargo, Lucy acabará por convertirse en algo que no se parece en nada a lo que hayamos visto este verano en nuestras carteleras. “Lucy”, en el uso de sus referentes se convierte en una reminiscencia contínua de muchas otras películas. A bote pronto, junto a los ya citados films de Kubric y Tarantino, me vienen a la mente “Metropolis", "Fantastic Voyage", "Tron", "Chunking Express", "Koyaanisqatsi”, “Blade Runner”, "Baraka", "The Matrix", “Sin Límites”, "El árbol de la vida”..."
Pero realmente la originalidad no consiste en no aprovechar buenas ideas sino potenciarlas hacia algo nuevo y distinto una vez aprovechadas, y eso en “Lucy” es innegable.
'Lucy' ofrece un ritmo furiosamente rápido, convirtiéndose en un divertido viaje de principio a fin, y francamente no entiendo del todo la cantidad de críticas duras y negativas que va cosechando allá donde se estrena...
El final de la cinta, en el que nuestra prota ha evolucionado en un cambio emocional, divertido y relativamente creíble y ya es algo así como la versión femenina del Dr. Manhattan. Es una fascinante premisa demasiado ambiciosa que Besson juega con paso rápido y buen ritmo, puede resultar poco satisfactorio, incluso abrupto y aunque la lógica que pone en marcha todo el engranaje de la peli puede antojarse difícil de seguir en el primer visionado y resultar poco más que mediocre.
Técnicamente, con un CGI currado, un montaje sublime y una cámara prodigiosa, la película roza la perfección. Como la magnífica partitura de Eric Serra que llegado un punto, te hace respirar al ritmo de la música y la imagen. Pero donde la película realmente brilla es como espectáculo visual (muestra de un personalísimo ejercicio de estilo).
Afortunadamente, Besson alcanza el 100% de su potencial como director y vuelve a regalarnos una película original, diferente y deliciosa.
No se la pierdan. No la juzguen. Disfrútenla. MÁS EN NIDODECUERVOS