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España España · Ciudad Esmeralda
Voto de Jenny Mellor:
10
Romance. Drama La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las vidas de Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Culmina la historia de amor de… ¿Jesse y Celine? Sí, ¡por supuesto!, pero iba a decir de Richard Linklater y los veneradores de esta trilogía, entre los que me cuento. Con una espera de casi diez años entre entregas (que yo afortunadamente no he tenido que sufrir) director y protagonistas, coguionistas todos ellos, cierran el círculo con el broche final: “Antes del anochecer” es la mejor de las tres películas, logro increíble teniendo en cuenta las expectativas acumuladas durante tanto tiempo, y con el listón tan alto marcado por sus predecesoras.
Antes del anochecer permite al espectador asomarse durante 109 minutos (y prometo que cuando aparecieron los títulos de crédito pensé: “¿Ya? ¿Ha pasado en serio una hora y media?” Y resulta que habían pasado la hora y cuarenta minutos, y yo no sentía el trasero, no porque se me hubiese quedado cuadrado, sino porque estaba levitando en el asiento, demasiado etérea todavía para levantarme y salir de la sala).
Pero volviendo a la película, éste es el relato de la madurez del amor, superado el enamoramiento en el que todo es color de rosa llega el verdadero amor, conscientes ambos de los defectos del otro. El tono es menos vitalista, más sereno, y las reflexiones más profundas, los conflictos más amargos. A destacar, sin embargo, que es la entrega con más momentos cómicos de las tres, y también, la que más nudos en la garganta proporciona. Las emociones se polarizan.
Los diálogos son tan fluidos y realistas como siempre, o quizás incluso más, porque discurren por senderos más oscuros, menos agradables de tratar, como la caducidad del amor, el sacrificio del “yo” por el “nosotros” y las frustraciones que produce, etc. Ethan Hawke y Julie Delpy siguen derrochando esa maravillosa química y compenetración que los hace personas de carne y hueso, y todo, en conjunto, crea la sensación para el espectador de haberse convertido en un voyeur, en un mirón de una escena privada, de dos personas reales que se desnudan emocionalmente frente a la cámara.
Por último, a destacar la ambientación, esta vez gracias al encanto del verano en el Peloponeso griego, pero en segundo plano, como fondo privilegiado, como en Antes del atardecer, y no la Viena protagonista de Antes del amanecer.
En resumen, una obra maestra sobre el amor de pareja y el amor de familia, el paso del tiempo, las expectativas, la maduración y la necesidad de ir cerrando etapas.
Recomendable es poco. Necesaria es casi literal.
Jenny Mellor
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