He visto la película tres veces y, en todas las ocasiones el largometraje ha logrado captar toda mi atención gracias a la magnifica actuación de Colin Firth; el actor se desvive en la interpretación y desde el principio el espectador es capaz de empatizar con el protagonista. Además, el film nos muestra una cara de la monarquía inglesa que quizás, hasta hoy, nos era totalmente desconocida, e incluso hasta la persona más republicana, como yo, simpatiza con ellos y puede llegar a sentir lástima por la situación en la que se encuentran.


He de destacar también la forma en la que se trata el problema del rey, es bastante inusual e impactante, tanto en la forma descarada que tiene el logopeda para tratar al paciente, como en la manera de ayudarlo con su problema, siendo tan cercano, a pesar del protocolo que debe seguir. Pero es gracias al método empleado por el experto que consigue impulsar el habla del tartamudo y, de esta forma le aporta más seguridad en sí mismo. Además, esta técnica tan cercana que emplea el logopeda los acaba uniendo y, el rey consigue, por primera vez, un verdadero amigo.