Puesta al día de las películas de justicieros de los 80s que aquí se limita a contar una historia high-tech de lo más sosa y estúpida basando su único encanto en Craig Fairbrass, un sólido actor británico que quizás conoció tiempos (y proyectos) mejores. La historia suena a ya vista y la puesta en escena no ofrece sorpresas. No es especialmente mala, es una de esas películas prefabricadas que tiene un presupuesto medio y ofrecen al espectador lo que espera. Pero nada mas. La acción es correcta, los actores son solventes, la realización es gris y el guión es mas plano que una tabla del Ikea. No hay mucho que destacar de esta película a excepción que al menos no es una serie B de domingo por la tarde, intenta escapar a su condición de película de segunda, sin conseguirlo, pero al menos no es de esas películas cutres de acción rodadas en los antiguos países del este. Aquí intentan ofrecer un poco de calidad, lastima que todo esté tan encorsetado y los mimbres sean tan pobres que no consiguen mas que una digna película de acción de serie B que desaprovecha actores y premisas.