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España España · Albacete
Voto de NeoJ:
6
Acción Cada cinco años se celebra en Hong Kong el "Kumite", un torneo secreto e ilegal del arte marcial full contact en el que se enfrentan los mejores luchadores del mundo. Frank Dux, que trabaja en secreto para la CIA, quiere participar en este torneo. Pero, para ganar, deberá derrotar al despiadado Chong Li, el vigente campeón. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De cuantas películas de acción y más concretamente artes marciales interpretó Van Damme en la cresta del cine comercial de los 80, Contacto Sangriento probablemente sea de las mejores de ellas. Y es que a veces se agradece volver a ver películas tan directas como los puñetazos que en ella se dan, en un cine actual demasiado obsesionado con aportar cosas nuevas, diferentes y necesitadas de asombrar cuando descuidan el verdadero objetivo del cine, el entretenimiento.

Lo mejor de la película es que ni se centra en dar personalidad a la cinta, es simplemente un torneo de artes marciales que cita a luchadores de todo el mundo, incluyendo los más exóticos (como si de Street Fighter se tratara), para darse buenas palizas mientras los presentes animan y apuestan en los suburbios de Hong Kong. Sí, es cierto que está basada en hechos reales (habría que ver hasta qué punto), pero no espereis un mínimo de carisma o de sorpresa en los personajes de la película. Cuando ves una película como Contacto Sangriento sabes perfectamente lo que vas a ver, así que ni te maravillará ni te defraudará, pero te hará disfrutar.

Y es que Contacto Sangriento no ofrece nada nuevo, ni siquiera un mínimo de profundidad en los personajes. La esencia es la misma que en otras cientos de películas del género, que incluye un flechazo, un héroe bueno y un malo malísimo, unos policias que representan la parte cómica y ridícula de la película y una venganza de por medio visible desde el primer minuto, todo ello a ritmo de canciones rockeras ochenteras de baterías sintetizadas. Una delicia para los nostálgicos de la década más comercial.

Entre todos esos argumentos no destaca desde luego la interpretación de Van Damme, que a veces roza el ridículo. El desfile de caras y grititos del actor emocionaba tanto en los años 80 como risas puede producir verlas en la actualidad. De todas formas, la calidad interpretativa del actor poco peso tiene a la hora de evaluar la película, y los combates, que son los que realmente tienne importancia, son lo suficientemente visuales como para puntuar favorablemente esta película. Toda una opción para los que disfruten viendo patadas redondas y músculos tensados a cámara lenta.
NeoJ
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