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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
3
Drama El día de la Epifanía de 1904 está a punto de empezar una de las fiestas más concurridas de Dublín, la de las señoritas Morkan. Entre los invitados se encuentra Gabriel Conroy, sobrino de las anfitrionas y marido de la hermosa Gretta. Esa noche, los invitados disfrutan de una magnífica velada. Gabriel, muy enamorado de su esposa, observa su emoción cuando suena una antigua canción de amor. De vuelta a casa, Gretta le confiesa un secreto. (FILMAFFINITY) [+]
11 de julio de 2007
74 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los grandes genios cinematográficos suelen históricamente dejarnos en su última obra alguna película que se salga de lo que habitualmente pensamos o creemos que es su hilo conductor artístico. Hay muchos ejemplos de ello, por ejemplo Stanley Kubrick nos brinda la magnífica pero incomprendida “Eyes Wide Shut” precisamente por no ofrecer lo que la gente esperaba. Pero también John Ford que con “Siete mujeres” nos presenta una película más feminista que ya quisiera Isabel Coixet ni siquiera soñarla. O el mismísimo Orson Welles que intenta llevar a cabo su inacabada “Don Quijote” saliéndose por completo de lo que era su esencia.

Algo parecido le ocurre a John Huston. Lo que se ha venido a llamar su testamento cinematográfico “Dublineses” es una película que contradice por completo el espíritu del genio Huston, por eso siempre me he negado a pensar que en cierta forma fuera realmente suya.

John Huston, del que espero ocuparme dentro de poco de su filmografía, es el mejor director calidad-entretenimiento de la historia del cine. Sus películas demuestran que no hace falta ser cursi para presentar situaciones que den pie a la reflexión y al pensamiento abstracto. Y es que además una de las máximas del cine, que es no aburrir, lo consigue siempre...menos en esta soporífera “Dublineses”.

Un viejo granuja como Huston, amante de las mujeres, del alcohol, de la caza y de todo tugurio que se precio no podía acabar rodando unos cuentos cortos de James Joyce. Es más no creo que en su vida tuviera el más mínimo interés ni por André Bretón, Tristán Tzara, Faulkner o Joyce entre otros. No nos engañemos, aquí hay gato encerrado. Si alguien hubiera puesto a Huston esta película estando en perfectas condiciones de salud, hubiera apagado la tele y se hubiera ido a beber un whisky. Entiendo que las sabandijas de la familia Huston, caso de esa ínfima actriz de nombre Anjelica y el pseudoguionista Tony –de apellido Huston obviamente, estaban aburguesados gracias a la fortuna del maestro y querían hacer un peñazo semejante, y John Huston más para allá que para acá accediera sin voluntad. No me extraña que se muriera a los pocos meses.

Particularmente siempre me quedaré con el Huston pendenciero y vividor, al que la muerte no le importaba lo más mínimo como a Hemingway, y donde cada día de vida era y tenía que ser una fiesta. “Dublineses” está bien para un James Ivory pero no para el rey de la aventura. No me lo creo, se trata de uno de los grandes engaños de la historia del cine. Que no les engañen, la última película de John Huston fue “El honor de los Prizzi”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vircenguetorix
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