Lo malo de las películas “whodunit” (aquellas en el que un detective tiene que descubrir a un asesino entre un grupo de sospechosos) es que su atractivo depende totalmente de las trampas y engaños del argumento. No digo que sea malo que me engañen, ya que yo personalmente no me siento engañado cuando me engañan con mi consentimiento (y sabiendo que la historia es de Agatha Christie uno ya sabe a lo qué atenerse).

Lo que quiero decir es que este tipo de películas se acaba tomando como un simple jeroglífico del que lo que más se valora es su originalidad en el planteamiento y su dificultad para solventarlo. El problema es que si sabes que la señora Agatha Christie te quiere engañar desde el principio no es difícil establecer un criterio para resolver el puzle: el de que lo más probable seguramente sea lo más improbable.

Si se tiene claro este concepto desde el principio no resultará complicado solucionar el asesinato, por mucho que el señor Poirot se dedique en la primera hora de película a poner la oreja en conversaciones ajenas para atribuir un móvil a todo el mundo y no descartar a nadie como sospechoso.

Entonces el verdadero misterio es…
¿Cómo valoras una película “whodunit” cuando descubres al asesino antes que el señor Poirot siendo todo lo demás un mero trámite?

Pues eso, un 6 por entretenida, pero no más.