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España España · Málaga
Voto de Mac Nagy:
8
Comedia. Drama Los Hoover son una familia muy peculiar: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre fracasa estrepitosamente dando cursos para alcanzar el éxito, la madre no da abasto, el tío se está recuperando de un suicidio frustrado tras ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y guarda un mutismo absoluto. Y Olive, la hija pequeña, una niña gafotas y más bien gordita, quiere ser una reina de la belleza. Cuando, ... [+]
25 de agosto de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que me ha gustado la película más de lo que esperaba. Me ha hecho reir en varios momentos y me ha hecho pensar y emocionarme en otros. Es verdad que en ocasiones la película resulta algo ingenua y previsible. Pero entre broma y broma, y entre situación previsible y situación previsible, plantea diversas cuestiones de importancia: ¿Qué siginifica ganar y perder? ¿ Cuándo alguien es un ganador y cuándo un perdedor? ¿En qué consiste querer a alguien? El film propone esas cuestiones, y tal vez lo malo es que las contesta él mismo de manera un tanto sectaria y simple. Digamos que el mensaje, tal vez ,es demasiado explícito. No obstante, valoro el planteamiento en sí. Y además, existe la posibilidad de no estar de acuerdo con alguna de las respuestas. Y es que yo no lo estoy con la de que ganar signifique simplemente esforzarse por conseguir algo. En un momento de la película, el abuelo le dice a la niña: "Un perdedor es alguien que tiene tanto miedo a perder que ni lo intenta". Es verdad que la única forma de ganar es intentándolo y que vale más la pena ver la oportunidad y arriesgarse, aunque te salga mal que quedarte con la duda de ¿cómo habría salido? Esa duda es horrible. Y es que “de la insensata prudencia se burla hoy cada oportunidad perdida”. Pero si intentas algo y no lo consigues, en mi opinión, se puede decir que has perdido. No pasa nada, la mayoría de las personas perdemos muchas veces. Muchos genios han sido toda la vida unos perdedores a pesar de su talento y esfuerzo. Y es que ganar, muchas veces, depende también de otros factores. Y a veces gana quien menos lo merece. De hecho yo, en general, siento mucha más simpatía por los perdedores que por los ganadores. Ya lo decía J. Wayne en “El ángel y el pistolero”: “Me gustan los perdedores. Prefiero a cualquier perdedor antes que a un ganador”.
Sí estoy más de acuerdo con el mensaje que transmite la película de que querer a alguien tiene que significar necesariamente aceptación y comprensión. En la película todos los personajes son bastante raros, pero se aceptan los unos a los otros tal y como son, aunque sepan que se equivocan. De hecho el padre acepta perfectamente la decisión del hijo de no querer hablar nunca más. Todo este planteamiento es aplicable a cualquier relación afectiva, también a la amistad (“Los amigos son para cuando no tienes razón”, en “El gran miércoles”). Esto me recuerda a un diálogo que aparece en “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant”, de Fassbinder. En ese diálogo, la protagonista viene a destacar que lo importante cuando quieres a alguien es comprenderle y no compadecerte de él. Pues para mí también, eso es esencial.

“Nadie tiene derecho a intentar cambiar a otra persona” (“Forajidos de Leyenda”).

Málaga, ya a 25 de Agosto, de 2012
Mac Nagy
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