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Voto de Caith_Sith:
8
Animación. Aventuras. Fantástico. Comedia Merida, la indómita hija del Rey Fergus y de la Reina Elinor, es una hábil arquera que decide romper con una antigua costumbre, que es sagrada para los señores de la tierra: el gigantesco Lord MacGuffin, el malhumorado Lord Macintosh y el cascarrabias Lord Dingwall. Las acciones de Merida desencadenan el caos y la furia en el reino. Además, pide ayuda a una sabia anciana que le concede un deseo muy desafortunado. La muchacha tendrá que ... [+]
11 de agosto de 2012
99 de 136 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaré diciendo que mi crítica ya la ha hecho Jordi Costa [1], mucho mejor de lo que yo podría hacerla. Su forma de ver la película es compartida por este humilde servidor, y es que parece que tras "Toy Story 3" se inició una absurda campaña de acoso y derribo contra Pixar por el bajón de "Cars 2" en 2011. Y es que si realmente "Brave" es tan 'menor', quizá es que se ha roto el hechizo, y sólo puede pensarse que las obras mayores del estudio no eran verdaderamente tan buenas. Pero la percepción de que la compañía está en horas bajas desaparece viendo su última fantasía, ideada por Brenda Chapman en 2008 bajo el título de 'The Bear and the Bow' y que tras un proceso de producción bastante accidentado llega ahora a los cines para quedarse en la retina del espectador de forma perpetua.

Es de recibo destacar que "Brave" es el primer cuento de hadas de la compañía, lo que ha llevado a compararla con producciones de Disney como la reciente "Enredados". El problema es que la gente parece estar quedándose con que aquí aparece una princesa, cuando es un modesto y eficiente ejercicio que pone patas arriba los clásicos de la compañía del ratón (léase, "Cenicienta", "Blancanieves", etc.) de forma muchísimo más sutil que otro reciente éxito, "Encantada". Aquí la princesa no se queda esperando a la llegada de su príncipe azul, ni siquiera quiere casarse, sólo aspira a ser libre y a poder tomar decisiones por si misma. Por tanto no inventa la rueda pero desde luego si que es un giro -maravillosamente resuelto- en un guión modélico, en el que a pesar de caer en lugares comunes, propios de este tipo de cuentos de hadas, despunta por su inteligencia y la sensibilidad que demuestra en cada fotograma, llegando a poder compararse a la obra de Studio Ghibli más que al resto de películas de la productora o de la propia Disney, sin ir muy lejos.

La primera hora de la película es excepcional[2], de una sofisticación inaudita. Desde el maravilloso prólogo en el que conocemos a la pequeña Merida, y en el que con unos minutos se definen a sus personajes de forma magistral, pasando por la secuencia posterior en la que vemos cómo ha evolucionado su vida desde entonces y qué la hace feliz realmente. Este inicio, libre, hermosísimo, a ritmo de una canción en off (es decir, que no cantan los personajes, esto no es un musical) es sólo el preámbulo de una historia repleta de ecos al cine de Hayao Miyazaki, apropiándose de ellos de forma inteligente y sin banalizarlos, como todo el componente mágico relacionado con los fuegos fatuos y lo sucedido en cierta cabaña del bosque. Todo esto lo adapta a un contexto europeo, en el que la música celta complementa a unas imágenes de una belleza estremecedora, con unos fondos que parecen casi reales. "Brave" es en este punto intachable, una cinta de aventuras, con un componente fantástico muy marcado en el que además se da rienda suelta al sentido del humor bien entendido a cargo de algunos personajes secundarios que son maravillosos (pienso en los trillizos, o en los pretendientes reales).

Como apunta Jordi Costa, tenemos aquí un ejercicio que fuerza al máximo las capacidades del medio para narrar, mediante todo tipo de técnicas, como esa sobresaliente conversación en paralelo, una historia sencillísima, con la ambición justa y necesaria para no hacerse olvidar (es una cinta modesta, lo cual no le quita mérito ninguno). La relación entre la reina y Merida es sencillamente maravillosa, creíble, palpable. No me molesta confesar que además de reír, me he emocionado profundamente con ciertos segmentos de la película, por cómo están construidos estos pilares familiares, suavizándose cuando la situación lo requiere. Es ésta una película que se ve con una sonrisa en la cara, cuanto menos, y que se disfruta enormemente mientras dura. Elevada a los cielos gracias a la impresionante partitura de Patrick Doyle (consigue que no se eche en falta a Michael Giacchino), con una portentosa animación (el cabello de la protagonista es alucinante, con los rizos moviéndose por separado de forma orgánica), una enérgica dirección y una forma de narrar perfectamente entendida, que poco o nada tiene que envidiar a otras producciones de la compañía.

"Brave" está malentendiéndose. Se confunde su modestia con simplismo, se confunden sus mecanismos porque es suficientemente sutil como para no necesitar que una princesa se convierta en un ogro y suelte eructos, para definir su capacidad de reinventarse. Con "Brave" Pixar ha hecho una película de Studio Ghibli, un cuento de hadas casi perfecto, cuya única pega -y va por percepciones- es que algunas de sus setpieces cómicas[2] se alargan más de lo necesario. Por lo demás, es una película maravillosa que merece verse en una pantalla de cine, con algún tramo (pienso en la zona neblinosa en la que se revive cierta leyenda) de orgasmo visual. ¿Menor? No lo creo. Sólo diferente al resto de la obra de la compañía. Y si encima le añades que va con premio inicial en forma de cortometraje, una píldora de excepción llamada "La luna", la cosa se dispara. Una delicia.

[1] http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/09/actualidad/1344528129_688150.html
[2] -SPOILER- -SPOILER- -SPOILER- Hasta que la madre se convierte en oso, que es donde empiezan a abrazarse algunos lugares comunes. Su huída del castillo se larga en exceso, rompiendo -ligeramente- el ritmo.
Caith_Sith
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