Aunque ya sabemos que Noche en el museo supuso una hiperrealización de lo que fue Jumanji concentrado en un museo con Robin Williams incluido, logró ser una sorpresa sobretodo en taquilla de ahí que se hiciese secuela, que no innova pero se extiende, tira de su potencial de la mejor manera y cumple como secuela resultando ser más espectacular, emocionante y divertida que la primera, con su misma fórmula, sus mismas bases pero todo más agigantado, más personajes, más amor, más humor, dos monos en vez de uno, todo multiplicado por el doble y de ahí surge una buena secuela que a mi parecer llega a igualar e incluso superar gracias a que esta vez el personaje femenino logra enamorar al espectador y estoy hablando de la bellísima Amy Adams que dota de una personalidad realmente carismática respecto a la Carla Gugino que tan sosa era en la primera y tan poco importaba su subtrama y la del hijo de Stiller, Ben Stiller quien sigue brillando como protagonista dejando claro que si no la protagonizase él, la historia no sería lo mismo.
La banda sonora de Alan Silvestri me sigue poniendo la piel de gallina y el humor se solventa de la misma fórmula que la primera pero con más cameos de actores conocidos actualmente aunque antes no tanto como Ed Helms, Jay Baruchel o Jonah Hill. En definitiva, Noche en el museo 2 es un blockbuster familiar, más grande en presupuesto y en reparto que dota de una aventura similar a la de la primera pero de proporciones más interesantes, divertidas y profundas. Que podemos esperar de una cinta familiar sobre un museo que cobra vida. Mi niño interior espera con ansias la tercera y última entrega con algo más grande todavía que ofrecer.