A falta de ver su primer trabajo como director Adiós pequeña, adiós (2007), ayer pude ver su segunda película tras las cámaras de Ben Affleck. Affleck dirige con eficacia este drama sobre un tipejos que sobreviven robando bancos. Todavia no entiendo cómo me perdí su visionado en cine, no las debía tener todas conmigo, pero me ha parecido la mar de notable. El Ben Affleck director dista mucho de parecerse al actor, que para muchos es un patán actuando, pero personalmente no lo hace nada mal. En esta ocasión se ha reservado el rol de uno de los grandes proyagonistas. A su lado le acompañan, entre otros, Jeremy Renner (visto en la famosa En Tierra Hostil), Jon Hamm (en un registro diferente al de la serie Mad Men) y dos actrices que son como los dos polos opuestos de la cinta, la rubia Blake Lively como una drogaadicta (nada que ver con la dulzura que destila en la serie de The CW, Gossip Girl) y la morena Rebecca Hall (vista en Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen). Por momentos me ha recordado a Heat con Robert De Niro y Al Pacino; y por otros y, a mucha distancia, a Le Llaman Bodhi, esa resolución de los atracos, muy bien montada y con un buen uso del sonido.
Y no sé qué más decir, la verdad, quién no la haya visto, que le de un visionado.