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Voto de antonalva:
7
Drama Alma tiene 20 años y adora a su abuelo, un hombre que lleva años sin hablar. Cuando el anciano se niega también a comer, la chica decide recuperar el árbol milenario que la familia vendió contra su voluntad. Pero para ello, necesita contar con la ayuda de su tío, una víctima de la crisis, de su amigo Rafa y de todo el pueblo. El problema es saber en qué lugar de Europa está el olivo. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2016
29 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fábula sobre la pertenencia a la naturaleza, sobre el misterioso amor al terruño y los desbarajustes de las mentiras que se ve con agrado pero acaba sabiendo a poco por cierta ingenuidad del planteamiento y un desarrollo demasiado simplón y reduccionista que peca de candoroso y ñoño. Llena de buenas intenciones, su afán de prédica didáctica y su obsesión aleccionadora resulta algo cansino, ya que parece no avanzar pese a los miles de kilómetros recorridos en busca de un símbolo tan entrañable como desgastado, tan poderoso como extemporáneo y maniqueo. El querer abarcar demasiado acaba por pesar y aturdir, ya que cuando opta por las distancias cortas y lo intimista es creíble y cálida, pero cuando pretende erigirse en una parábola fundamentalista sobre las bondades del campo sobre el desarrollo económico acaba desbarrando y encadena tópicos trillados que devienen en amalgama empalagosa.

Lo mejor es cuando se decanta por la naturalidad, por la empatía cándida y sincera, al mostrar los vínculos insondables entre sus personajes. Entonces resulta creíble y amable, llena de verdad y hondura, repleta de pequeños detalles y guiños que configuran un microcosmos bien trabado y convincente. Pero al salir en busca de las raíces, pretendiendo construir un entramado talibán sobre las perversiones de la economía, sobre los abusos de las grandes empresas, sobre los excesos empresariales y corporativos, pierde fuelle porque parece un panfleto político y no una ficción. Es como si toda la autenticidad y simpatía que construye con esmero y mimo se diluyeran entre soflamas sectarias y arengas populistas. Quizás estemos de acuerdo con las concusiones que expone, pero pierde de vista que estamos ante un cuento que deja de serlo para convertirse en un discurso adocenado que no deja margen a la disidencia ni a la libertad.

Los bienes materiales son solo un medio para la subsistencia. Pero aquí se elevan a categoría mitificada de todo lo deleznable y vituperable. Lo cual no deja de ser un exceso de simplificación y demagogia que parece desconocer que toda herramienta no es sino un utensilio – y no un fin en sí mismo – que ayuda a alcanzar lo que se necesita y como tal es inocente en sí misma: depende del buen o mal uso que se le dé. Dos tercios de la cinta son excelentes al crear unos personajes llenos de simpatía – pese a su ceguera y obcecación – pero hacia el final descarrila al querer demostrar y reivindicar una premisa ideológica, convirtiéndose en un mero sermón doctrinario.

Interesante y sugerente, pero fallida. Descompensada e irregular, se queda por debajo de sus posibilidades.
antonalva
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