Viendo esta peli te puedes convertir, fácilmente y sin darte cuenta, en idólatra del demonio. Es adorable. Aparece entre los pinos, previas chispitas de fuego, y al mirarle a los ojos te entran ganas de ponerle un lazo y llevártelo a casa para dejarlo sentadito de adorno sobre la cama.

La peli es una meritoria adaptación de “El maleficio de las runas” de M.R. James, que no se ciñe literalmente al relato, pero sabe aprovechar lo mejor de éste y aportar un enfoque más renovado. Cuando metes mano a algo que estaba bien hecho, rara vez el resultado es óptimo. Aquí tenemos una rara excepción, la más interesante versión satánica del juego de tú la llevas.

A Tourneur le sobran mañas para contar sus historias de terror y fantasía y, aún así, nunca le había visto tan inspirado como en esta peli, que es de serie B, pero tiene factura de calidad serie A superior.

Hechizante.