Tras lograr arrancar a Harrison el nombre de Novarro, el doctor de Ciudad Juárez que le opero, y que al parecer pertenece a una organización que bajo cuerda y mediante una fuerte cantidad económica se dedica a trasplantes ilegales, y ya tenemos a Paul con una fuerte suma de dólares que ha reunido, dirección México, eso sí, advertido de que va a entrar en un oscuro mundo y que seguramente será peligroso y sin garantías de conseguir que todo acabe bien.

Todo esto a modo de presentación durante el primer cuarto de metraje, a partir de aquí con Paul dejando de lado sus prejuicios morales y sumergiéndose en un peligroso mundo de niños pandilleros, rufianes chantajistas con travesti de por medio, policías corruptos, sórdidas clínicas medicas atendidas por médicos supuestamente altruistas, y demás fauna que se supone habita la ciudad (vamos, todo un folleto turístico alternativo), en aras de salvar la vida de una hija a la que cada vez la queda menos tiempo (según vamos viendo en escenas intercaladas con la acción en Ciudad Juárez), tenemos un desasosegante thriller dramático con mas miga de la que aparenta en su premisa inicial.

Envuelta en esa trepidante búsqueda de ese misterioso Novarro, y mediante un desarrollo de la trama en el que el espectador va sabiendo al mismo tiempo que Paul lo que tiene de pragmático ,y/o de sucia actividad criminal las circunstancias que se van encadenando para que su hija pueda lograr a tiempo esos pulmones, y entrando la película en su último cuarto de hora en un absorbente e inquietante "in crescendo" de dudas, y urgencia de toma de decisiones de esas que decidas lo que decidas, un hombre que se vista por los pies lo lamentara el resto de tu vida, estamos ante una película que te toca el corazón ante ese misterioso mundo tan recurrente en leyendas urbanas, que aquí mostrado como factible y posible (quien sabe si también probable), te pone sobre el tapete un desasosegante menú con el que cada uno lidie como Dios le dé a entender.

Dirigida con acierto y buen pulso por Baltasar Kormákur, un islandés a que es la primera vez que me lo encuentro (ídem en cuanto a guionistas), con una buena fotografía de esas sucias que tan bien sientan a relatos fronterizos, un buen trabajo de Dermot Mulroney en el desarrollo de ese personaje en lucha consigo mismo, y breves (pero jugosas) intervenciones de Jordi Molla y Vincent Perez (sargento de la policía mexicana y doctor de ayuda humanitaria), a mi juicio merece un visionado.