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Voto de Talibán:
9

Voto de Talibán:
9
7,1
7.556
Drama. Bélico
Clásico del cine mudo que narra los acontecimientos más importantes de la creación de los Estados Unidos de América: la guerra civil, el asesinato de Lincoln, etc. Ha sido tachada de racista por su glorificación del Ku Klux Klan, pero tiene el mérito de ser la primera película que cuenta una historia de modo coherente: hasta ese momento una película era un conjunto de escenas con muy poca relación entre sí. Obtuvo un enorme éxito en su tiempo. (FILMAFFINITY) [+]
2 de julio de 2007
2 de julio de 2007
166 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás si Griffith hubiera sido alemán habría sido juzgado en Nuremberg: al no ser un físico nuclear es más que probable, de hecho; en cualquier caso son cosas que apenas tienen que ver con el Arte.
En lo que se refiere a la técnica, es fácil desmontar casi todo lo que se ha escrito sobre "El Nacimiento de una Nación". De entrada, nada de lo que técnicamente ofrece es novedoso. Como inspiración general, Griffith copió los modelos italianos de grandes colosales, incluso en su temática histórica. Y en lo que se refiere a la técnica de rodaje, utilizó recursos que ya existían y que él no había inventado: travelling, primer plano, montaje espacial de planos, montaje temporal de secuencias paralelas, plano general..., todo esto existía ya en 1914, que es cuando rueda la película.
Pero, ¿qué hace de "El Nacimiento de una Nación" una obra artística de primera magnitud si es que lo es? No sus supuestos avances técnicos; tampoco su metódica sistematización de lo que otros inventaron, meritoria sin duda, pero insuficiente para otorgarle el calificativo de obra maestra. Porque de lo que a mí no me cabe ninguna duda es de que "El Nacimiento de una Nación" es una obra maestra, una de las películas que más merecen este título en toda la Historia del Cine.
En mi opinión, lo que determina la importancia de esta obra genial no es el uso de la técnica cinematográfica como tal, sino el sentido que se le da.
Griffith utiliza la cámara en atención a la necesidades funcionales de la historia o de la escena: primer plano para subrayar una reacción o un detalle; plano general para situar la secuencia; movimientos de cámara para narrar desplazamientos físicos; montaje alternado para relacionar escenas simultáneas en varias ubicaciones; y así sucesivamente.
Pero a la vez utiliza esos recursos para transmitir emociones y sentimientos que una escena filmada conforme a patrones exclusivamente técnicos jamás hubiese expresado. El primer plano de un moribundo, insertado con milagroso "timing", adquiere un sentido trágico añadido, independiente de la corrección técnica que hoy vemos en él; el plano general del campo de batalla es hermoso por su breve intención pictórica, y no sólo sirve para orientar al espectador; los montajes de escenas alternas están cortados con tal dinamismo y perfección que el simple suspense se transforma en hermoso misterio.
"El nacimiento de una Nación" supone la separación definitiva entre la técnica y el estilo: la primera es una simple herramienta; el segundo toma esa herramienta y le da sentido artístico. La primera se aprende; el segundo, no: a lo más puede desarrollarse. La primera es estándar; el segundo es rabiosamente personal. La técnica de dibujo de Leonardo se puede aprender, todos los días se enseña en las academias; pero nadie puede dibujar con el estilo de Leonardo. Por eso "El nacimiento de una Nación" es el nacimiento del arte cinematográfico: porque el primer artista es el primer autor, David Wark Griffith.
En lo que se refiere a la técnica, es fácil desmontar casi todo lo que se ha escrito sobre "El Nacimiento de una Nación". De entrada, nada de lo que técnicamente ofrece es novedoso. Como inspiración general, Griffith copió los modelos italianos de grandes colosales, incluso en su temática histórica. Y en lo que se refiere a la técnica de rodaje, utilizó recursos que ya existían y que él no había inventado: travelling, primer plano, montaje espacial de planos, montaje temporal de secuencias paralelas, plano general..., todo esto existía ya en 1914, que es cuando rueda la película.
Pero, ¿qué hace de "El Nacimiento de una Nación" una obra artística de primera magnitud si es que lo es? No sus supuestos avances técnicos; tampoco su metódica sistematización de lo que otros inventaron, meritoria sin duda, pero insuficiente para otorgarle el calificativo de obra maestra. Porque de lo que a mí no me cabe ninguna duda es de que "El Nacimiento de una Nación" es una obra maestra, una de las películas que más merecen este título en toda la Historia del Cine.
En mi opinión, lo que determina la importancia de esta obra genial no es el uso de la técnica cinematográfica como tal, sino el sentido que se le da.
Griffith utiliza la cámara en atención a la necesidades funcionales de la historia o de la escena: primer plano para subrayar una reacción o un detalle; plano general para situar la secuencia; movimientos de cámara para narrar desplazamientos físicos; montaje alternado para relacionar escenas simultáneas en varias ubicaciones; y así sucesivamente.
Pero a la vez utiliza esos recursos para transmitir emociones y sentimientos que una escena filmada conforme a patrones exclusivamente técnicos jamás hubiese expresado. El primer plano de un moribundo, insertado con milagroso "timing", adquiere un sentido trágico añadido, independiente de la corrección técnica que hoy vemos en él; el plano general del campo de batalla es hermoso por su breve intención pictórica, y no sólo sirve para orientar al espectador; los montajes de escenas alternas están cortados con tal dinamismo y perfección que el simple suspense se transforma en hermoso misterio.
"El nacimiento de una Nación" supone la separación definitiva entre la técnica y el estilo: la primera es una simple herramienta; el segundo toma esa herramienta y le da sentido artístico. La primera se aprende; el segundo, no: a lo más puede desarrollarse. La primera es estándar; el segundo es rabiosamente personal. La técnica de dibujo de Leonardo se puede aprender, todos los días se enseña en las academias; pero nadie puede dibujar con el estilo de Leonardo. Por eso "El nacimiento de una Nación" es el nacimiento del arte cinematográfico: porque el primer artista es el primer autor, David Wark Griffith.