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Voto de juanantlopez:
9
Drama El duque de York se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor, Eduardo VIII. Su tartamudez, que constituía un gran inconveniente para el ejercicio de sus funciones, lo llevó a buscar la ayuda de Lionel Logue, un experto logopeda que intentó, empleando una serie de técnicas poco ortodoxas, eliminar este defecto en el habla del monarca. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las cosas que más valoro en una película (por extensión, en cualquier manifestación artística) es su capacidad para descubrirnos nuevas historias o incluso parcelas de la Historia que son muy poco conocidas. En ese sentido, mi más sincero bravo para El discurso del rey. Porque, fuera de las fronteras inglesas, ¿quién conocía la historia del tartamudeo del duque de York?
Tal vez haya suscitado un entusiasmo desmedido, pero nadie puede negar que darle vida a esta historia es bastante difícil. El tema puede no parecer demasiado atractivo, al igual que los personajes. De ahí que el mérito por parte de Tom Hooper sea doble, al igual que el del reparto. No sé qué decir de Colin Firth que no se haya dicho ya; seguramente, que éste es el papel que ha venido mereciendo durante toda su carrera, y ahora que ha tenido la oportunidad, ha roto todos los moldes; está inmenso, brillante, dando vida a un personaje bastante gris, y aún así nos metemos en su piel desde el primer momento y sufrimos sus limitaciones.
Pero El discurso del rey encierra muchos otros aciertos. Es el retrato veraz y riguroso de un momento de crisis de la historia europea (la II Guerra Mundial) y cómo lo afrontaron los principales dirigentes, y por supuesto se nos detalla el papel de la monarquía inglesa. Y más concretamente, me gustó mucho El discurso del rey por la forma en que traza la psicología de un miembro de la monarquía, cómo asume sus responsabilidades y supera sus problemas en un momento en que el pueblo necesita más que nunca de una figura que les dé la confianza necesaria para afrontar las dificultades que se les vienen encima.
Son muchos los alicientes de El discurso del rey. Es una cinta rodada con elegancia, solvencia y mucho sentido de la narración. Es una película que nos seduce con el poder de la palabra más que con el de la imagen. Y eso no es nada, nada fácil. Y luego está Colin Firth, brindándonos una de las mejores interpretaciones de lo que llevamos de siglo XXI. En resumen: magnífica.
juanantlopez
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