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Voto de Chris Jiménez:
9
Thriller Las hormonas pueden ser muy traicioneras. Y si no, que se lo digan a los adolescentes que, atraídos por un anuncio que promete sexo en grupo con una mujer, caen en la trampa de un grupo de fanáticos religiosos dispuestos a erradicar con métodos extremos la libido de la juventud norteamericana. Historia inspirada en la figura real de Fred Phelps, el líder de un grupo religioso extremista que se hacía llamar la Iglesia Bautista Westboro. (FILMAFFINITY) [+]
11 de abril de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si 23 años antes alguien le hubiera dicho a Kevin Smith tras su debut que iba a hacer algún día una película como "Red State" se habría reído en su puta cara, o habría salido corriendo en la otra dirección.
Es difícil hacerse a la idea, pero sí, el director que se hizo famoso en los '90 con "Clerks" y "Persiguiendo a Amy" abre una nueva etapa en su carrera con la que creo es una de sus obras maestras y, por exagerado que suene, una de las joyas del cine independiente actual.

Travis, Jarod y Billy Ray son tres jóvenes estudiantes que, como es normal en los chavales de su edad, sólo piensan en beber y follar con chicas, y parece que la suerte está de su parte cuando logran contactar con una de su misma ciudad por internet para quedar por la noche, la pega es que ella pide tener sexo con los tres a la vez. Pero eso no es problema; los tres chicos cogen el coche y, tras un pequeño percance durante el viaje, se dirigen a vivir una experiencia inolvidable...y eso mismo es lo que van a vivir, sí.
De repente pasan de estar en una caravana medio borrachos a encontrarse atados y cautivos en el interior de una iglesia; en realidad todo ha sido una artimaña organizada por los fanáticos religiosos de Five Points, unos peligrosos y rematadamente chiflados agitadores liderados por Abin Cooper, un predicador extremista al que todos temen. Éstos poseen armas de fuego y una creencia básica: los homosexuales amenazan con destruir el Mundo; a ese grupo de tarados se tendrán que enfrentar los chicos si quieren salir con vida, pero un giro de los acontecimientos convertirá la vieja iglesia en un sangriento campo de batalla.

La reputación de Kevin Smith iba cuesta abajo desde mediados del 2.000 y poco ayudaron dos producciones que se quedaban a años luz de sus primeros trabajos como "¿Hacemos una Porno?" (bueno, esta cae simpática) y la sumamente estúpida "Vaya Par de Polis". El hombre de New Jersey necesitaba pegar un vuelco a su carrera, cambiar por completo de miras, y no se le ocurrió nada mejor que un proyecto de largo aliento en el que estaba trabajando incluso antes de dirigir la aventura porno de Zack y Miri, algo que ya anunciaba en festivales y convenciones.
Aquel proyecto tenía por nombre "Red State", y, según el director, iba a estar enfocado en una nueva dirección, dejando atrás el humor de corte soez y juvenil, por decirlo de algún modo, y desarrollando un argumento mucho más serio, crítico y acercándose al "thriller" y al terror. Lejos dejaba a su Jay y Bob, a "Star Wars", a sus queridos cómics, muy lejos iban a quedar sus primeros films cuya humilde intención era hacer reír y pasarlo bien; a partir de esta película, y pese a algunos pequeños trabajos donde la comedia era la tónica predominante, Smith se inmiscuiría de manera arriesgada en otros géneros y terrenos aún inexplorados, no hay más que fijarse en las cosas que hizo después ("Tusk", "Yoga Hosers"...).

Y ese camino lo tomaría por la vía del cine independiente, ya que el director no pudo convencer a los Weinstein, productores de casi todas sus películas, para financiarle "Red State", con lo que, y con mucha dificultad, no tuvo más remedio que buscar productores privados, los cuales acabaron recolectando para él la modesta cantidad de 4 millones de dólares. Hacerlo de este modo, sin sufrir presiones ni con grandes compañías detrás, era lo indicado para poder expresar con más libertad lo que tenía pensado. Y es que, si la gente creía que Smith se quedó a gusto poniendo en solfa la religión con "Dogma" o la homosexualidad con "Persiguiendo a Amy"...je, aún no vieron absolutamente nada.
Con este film el director se deja de tonterías y pasa a hablarnos de temas tan delicados como el radicalismo religioso, la intolerancia en EE.UU. con ciertas cosas, sobre todo con la sexualidad, la manipulación de la información y las hipócritas y cínicas actitudes del Gobierno, clamando con enfado su crítica, tan irascible como irreverente, y desde su más seria perspectiva. Mientras tanto, "Red State" sorprende por su estructura cambiante, que va de la comedia del inicio al "thriller" de acción pasando por el terror psicológico y el más puro horror, en eso que los acontecimientos van sucediendo sin control, de manera natural e improvisada, y de una forma tan brusca que pilla desprevenido en todo momento, lo que hace que nunca se pierda el interés en la historia.

Los que terminan de redondear el conjunto son el gran grupo de actores, estando a la cabeza ese magistral Michael Parks en una de las mejores interpretaciones de su carrera, seguido de James Parks, que vuelve a hacer de su hijo, John Goodman, Stephen Root, Kevin Pollak y ese fantástico trío de jóvenes protagonistas, Michael Angarano, Kyle Gallner y Nicholas Braun. Los mordaces diálogos, muy de onda "tarantiniana", se unen a grandes dosis de violencia que planean en un ambiente siniestro y no carente de extrañeza, algo inédito en el cine de Kevin Smith, ansioso de cruzar fronteras y experimentar como nunca antes.
"Red State" es visceral, cruda, harto controvertida, no deja títere con cabeza (literalmente) y posee un ritmo frenético a la par que preciso. Es, aunque a más de uno le pese oírlo, cine en estado puro. Puede que su recaudación en cines no fuera muy dichosa (bueno, tuvo un estreno limitado), pero yo diría que es lo mejor del director desde "Clerks".
Chris Jiménez
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