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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Frances Farmer debuta en el cine con sólo 23 años. Es hermosa e inteligente, y muchos le auguran una brillante carrera. Pero es, además, una persona poco convencional, algo que en el Hollywood de los años treinta no se considera precisamente una cualidad. Tras un fracaso sentimental, se da a la bebida y emprende el camino de la autodestrucción. Su madre, una mujer autoritaria, obtiene la custodia legal y la interna en un hospital ... [+]
22 de junio de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era una mujer maravillosa. Se llamaba, Frances Farmer, y bien que sabía que, con su extraordinaria belleza, no sólo iluminaba cualquier espacio donde se encontrara sino que podía abrir cualquier puerta que le pareciese de su gusto para alcanzar el éxito; pero, queriendo ser una mujer integral, ella decidió formarse. Estudió drama en la Universidad de Washington y se inscribió en varios concursos literarios. En uno de éstos, se participaba con un ensayo donde se demostrara la No existencia de Dios, y ella lo ganó por su fluidez literaria y sus emotivos sentimientos. Era apenas una adolescente y era común que, en los años verdes, muchos renegásemos del temible creador de que nos hablaban en la iglesia. Luego, Frances se ganó un pasaje para viajar a Rusia. Ella quería ir porque anhelaba recorrer el mundo y, además, sería la ocasión de conocer el majestuoso, Teatro de Arte de Moscú. Pero, la gente más obtusa y conservadora de Seattle, asumió éste hecho como un horrible ideario y, a su regreso, la joven fue víctima de numerosos escándalos siendo tildada de roja y atea… Por enésima vez, la descompuesta estatua de la libertad tuvo que bajar penosamente la cabeza. El homo hipocrytus seguía demostrando que tenía cerebro de chorlito.

Superado este abominable incidente, pocos años después, Frances logró su sueño de subir a las tablas, trabajando en obras importantes como, “El bosque petrificado” y “El muchacho de oro”... y pronto, Hollywood se deslumbró con su belleza. Obtiene un contrato con la productora Paramount por un período de siete años, pero, de entrada, la joven actriz manifiesta su fuerte carácter negándose a ser usada como una muñeca; impide que le cambien el nombre aferrándose al que le dieron sus padres cuando nació; y reclama poder trabajar con otros Estudios cuando ella lo considere conveniente. Así, se pasea por la MGM, la Fox y la RKO, hasta que pronto se harta del mundo frívolo, hipócrita y manipulador que ha venido padeciendo.

El estrés que le causa esta situación, la tiene ya imbuida en el alcohol, y las presiones de los medios -sumadas a las de su madre para que jamás deje de ser una estrella, no obstante que ella anhela con ansia una vida sencilla en el campo, rodeada de flores y animales-, la van convirtiendo en un ser hostil contra todo lo que se llame Hollywood, contra la prensa ávida de una nueva víctima, contra las autoridades, los médicos… y contra el mundo entero.

Así, todos -incluidos los que tanto la admiramos y la reclamamos en nuevas películas- vamos convirtiéndonos en aniquiladores de un ser divino que se empeñó, con el mayor derecho, a vivir con un principio: “Hacer lo que tú crees que está bien, significa que se fastidien los demás”. Pero, para poder Ser, hay que seguir adelante… ¡aunque se reviente el mundo entero!

<<FRANCES>>, es un filme bien importante. Fiel reflejo de tan cruel infamia que, un día, la actriz se preguntaba: “¿Habrá realmente un mañana?”. Además de tener un notable parecido físico con su personaje, Jessica Lange, ha hecho su rol con verdadero profesionalismo; y el director, Graeme Clifford, ha demostrado una plausible sensibilidad y un gran aprecio por la memorable estrella.

¡Siempre te recordaremos, Frances Farmer!
Luis Guillermo Cardona
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