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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Romance Will es un joven rebelde con una inteligencia asombrosa, especialmente para las matemáticas. El descubrimiento de su talento por parte de los profesores le planteará un dilema: seguir con su vida de siempre -un trabajo fácil, buenos amigos con los que tomar unas cervezas- o aprovechar sus grandes cualidades intelectuales en alguna universidad. Sólo los consejos de un solitario y bohemio profesor le ayudarán a decidirse. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un ser soberbio es un ser desadaptado. Es alguien que usa un escudo de prepotencia, de agresividad física y psicológica, con la cual oculta su propia sensación de hombre débil cargado de sentimientos de culpa. Pero el soberbio no logra comprender que no es feliz, que cada día se encuentra más solo, ni que con cada palabra y con cada acto de necio ataque, está haciendo daño a aquellos que le rodean y que quizás son las personas que más le quieren y le respetan. Quizás no haya en el mundo nadie más amargo (y amargado) que una persona soberbia, y sin duda alguna es la que más firmeza de carácter (y afecto) necesita para que pueda superar su deplorable estado.

Mi reconocimiento por el notable guión escrito por los muy jóvenes, Matt Damon y Ben Affleck, amigos desde la adolescencia y efectivos protagonistas de este filme que, con mano diestra, ha dirigido el estadounidense Gus Van Sant. Vuelve a quedar en firme la basa psicológica que considera el trato familiar como determinante de la manera como el individuo luego se enfrentará al mundo. Y, aunque con mofa y escarnio (explicable quizás en insatisfactorias experiencias personales) se deja por el suelo a ese sinnúmero de titulados de las ciencias humanas que, con su vago, simplista y desacomedido ejercicio, desacreditan a diario una profesión que, como se verá luego, puede lograr excelentes resultados, sobre todo cuando el profesional comprende con certeza que también él se cura junto a su paciente.

Magnífico el personaje del psicólogo Sean MacGuire que, con demarcado brillo, representa el inefable Robin Williams. Esta es la clase de hombre que conoce las reglas esenciales de la profesión y una de ella afirma que, “la psicoterapia, entendida correctamente, enseña el perdón y ayuda al paciente a reconocerlo y aceptarlo. Y en su sanación, el terapeuta se perdona junto con él” (1). Desde este sentido, “EL INDOMABLE WILL HUNTING” es un filme colmado de sabiduría y propende por el entendimiento entre la especie humana.

Will Hunting, un muchacho desadaptado, con un extenso prontuario en actos delictivos, comienza a sentirse retado por una serie de ejercicios de matemáticas combinatorias que, el profesor Gerald Lambeau, deja en uno de los tableros de la facultad con la esperanza de que alguien intente resolverlos. De manera anónima, Hunting aporta las soluciones… y pronto se convertirá en el mayor interés de aquel profesor, que siente que se está enfrentando con un verdadero genio. Pero, en busca de su readaptación, será cuando entre en juego el psicólogo MacGuire, y comienza así un choque -y encuentro- de personalidades, hondamente satisfactorio.

Toda vez que el cine cumple con el entendimiento humano está haciendo verdadero arte.

(1) “Psicoterapia: propósito, proceso y práctica” Fundation for inner peace

Título para Latinoamérica: “EN BUSCA DEL DESTINO”
Luis Guillermo Cardona
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