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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Western. Aventuras Travis y Sandy, dos jóvenes tratantes de caballos, aceptan la oferta de guiar a un grupo de mormones que se dirigen a California para cultivar las fértiles tierras del valle del río San Juan. En medio de las dificultades del viaje se encuentran con un trío de artistas ambulantes que siguen su mismo camino: se trata de una pareja madura y la joven Denver, de quien Travis se enamora. Pero su encuentro con los Clegg, unos forajidos a los ... [+]
29 de mayo de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando estaba viendo esta “CARAVANA DE PAZ”, tuve todo el tiempo una sensación de deja vu que, con tantas películas que he visto y re-visto de John Ford últimamente, no lograba tener muy claro si tales cosas las rehizo después o era aquí donde el director se estaba autocomplaciendo.

Lo primero que atiné a pensar es que se estaba representando el famoso viaje del Moisés bíblico hacia la tierra prometida. Las semejanzas no son pocas: el líder espiritual, el pueblo de fe tambaleante, los enemigos que se cruzan a su paso, el cabecilla malvado y obstinado, el rodeo en el camino para evitar peligros, los cánticos de alabanza…

Enseguida, comenzó a martillarme esa presencia de Travis, el vendedor de caballos contratado con su amigo para encabezar el largo viaje. Ya había visto en alguna parte esos tirantes, y esos jeans, y esa camisa oscura... ¡Claro! ¡El Ringo de “La Diligencia”! Y Denver bien puede ser Dallas, la chica de vida non sancta, que encuentra en Travis a otro caballero que la trata con más dignidad que aquellos de quienes se esperaría que lo hicieran.

Y cuando veo: el plano de la caravana tomada desde lo alto en su paso por el valle con rumbo hacia la derecha, y el contrapicado de la hermana Ledeyard tocando el cuerno de llamado, y la escena del baile, y a Travis solitario en un alto huyendo de los indios, y el caballo indomable y… ¡nuevamente deja vu!

Con razón, confesaba John Ford por estos días: “Primero quieren que repitas tu última película. Después quieren que sigas explotando el filón que descubriste con la última película. Y, finalmente, quieren que repitas el éxito con que otro Estudio se ha forrado de dinero”.

No obstante, confieso que al volvérseme una suerte de acertijo, esta película me resultó más entretenida que las otras dos de, esta sí, Trilogía de las Caravanas, junto a “La Legión Invencible” y “Misión de Audaces”. Al menos, ésta tiene vida y hay gratos personajes que, aunque rememoren a otro importante filme, logran fluir sus propios matices dando sentido a una relación donde cuenta más la espontaneidad intrínseca del hombre, que la “espiritualidad” forjada a punta de memorizar un sólo libro.

E inteligentemente, Ford no nos enseña la tierra prometida, pues todavía no hay nadie que sepa de que se trata.

Título para Latinoamérica: “CARAVANA DE VALIENTES”.
Luis Guillermo Cardona
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