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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama 1928. En la idílica isla rural de Shodoshima, la joven, brillante y motivada maestra Hisaki Oishi empieza por primera vez su tarea de profesora a cargo de doce niños de primaria, los inocentes y entrañables veinticuatro ojos que la mirarán en su primer año formativo de escuela. Al principio, los métodos de enseñanza poco ortodoxos de la nueva maestra y su moderna visión de chica de ciudad provocan cierto recelo en la comunidad pero ... [+]
26 de octubre de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La maestra Hizako Oishi, se encuentra en la playa en uno de sus numerosos paseos conversando con sus alumnos. Algunos de ellos dicen no querer ser pescadores o vendedores de arroz como sus padres y manifiestan su deseo de ser soldados. Oishi (o Guijarro como ellos la apodan), se muestra reservada ante el temor de que, entonces, lleguen a matarlos. Entonces, uno de los chicos pregunta: -“Maestra, ¿odia usted a los soldados?” A lo que ella responde: -“Me caen mejor los pescadores y también los tenderos”. Será este uno de los numerosos diálogos en que la bella maestra, dejará en claro su posición pacifista, y su firme alegato contra el militarismo y la guerra, a lo que se vería abocado su país durante tantos años… y con tan penosos resultados.

Realizado en 1954, y basado en la novela de Sakae Tsuboi, “VEINTICUATRO OJOS” alude a la mirada de los doce alumnos que, en el primer grado, tendrá a su cargo la nueva maestra, pues, la que venía con ellos, ha renunciado para contraer matrimonio. El filme, rodado con sumo empeño por el director, Keisuke Kinoshita, se centra en la evolución que la maestra Oishi -muy querida por los niños por su afán de romper convencionalismos sociales y por su compromiso personal con todos y cada uno de ellos- va teniendo en su vida al tiempo que, la de cada niño o niña, también se transforma hacia la felicidad… o la desgracia.

Kinoshita recrea un ambiente paradisíaco bordado de lagos, montañas, jardines y aquel inmenso mar donde los niños siempre están dispuestos a esperar el regreso de su maestra favorita. Pero como siempre sucede, la enfermedad, la pobreza, el fracaso… y la muerte, ocuparán su lugar para dar ocasión a la solidaridad, la compañía y el afecto, que los niños ¡y hasta sus padres! -a ejemplo de la maestra- aprenden a manifestar de manera pródiga y espontánea.

Durante la primera hora, y sumados otros momentos aíslados, sentí que estaba ante la obra de un realizador colmado de sensibilidad humana y artística; el personaje de la maestra me resultaba encantador, rebelde y muy bien interpretado por una radiante Hideko Takamine; y hasta los niños lucían brillantemente dirigidos, sirviéndose el director –como su compatriota Akira Kurosawa- del recurso de la segunda toma, en plano general y de espaldas, para suplir cualquier deficiencia interpretativa. Pero, infortunadamente, el filme comienza a agotarse con sus excesos melodramáticos, sus repetitivos cantos corales, y su culto a la personalidad de la maestra, llegando a alcanzar ¡150 minutos! para mostrarnos 18 años de su ejercicio en la docencia.

Creo que, con una edición rigurosa, de “VEINTICUATRO OJOS” podría extraerse un filme relevante. Tiene suficientes personajes muy bien consolidados, y su compromiso con la vida, rompiendo a la vez con las más rancias tradiciones, está plasmado con una calidez que sensibilizará a muchos.
Luis Guillermo Cardona
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