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España España · madrid
Voto de saudade:
2
Drama Es verano en un barrio obrero y marginal de una ciudad del sur. Tano, un adolescente que cumple condena en un reformatorio, recibe un permiso especial de 48 horas para asistir a la boda de su hermano Santacana. Con su mejor amigo, Richi, se lanza a vivir esas horas con el firme propósito de divertirse y de hacer todo lo que le está prohibido: se emborracha, se droga, roba, ama y vuelve a sentirse vivo y libre. Pero, a medida que pasan ... [+]
28 de julio de 2008
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamento la crítica que voy a hacer JuanCádiz ;-)

Un barrio de la capital hispalense es el punto de referencia del que se sirve Alberto Rodríguez- que en su día rodara "El traje", su primer largometraje- para enmarcar su segundo trabajo como director. Por sus calles, nos cuenta la historia de Tano (Juan José Ballesta) y Richi (Jesús Carroza), dos jóvenes con poco futuro y gris presente.

Cual si fuéramos lectores de las andanzas y desandanzas del mítico Lazarillo de Tormes, Alberto Rodríguez nos narra – o al menos, quizá lo intenta – cómo es la vida del protagonista tras su salida del reformatorio para acudir a la boda de su hermano mayor Santacana (Vicente Romero). Una existencia algo efímera en un mundo normal, con gente normal, historias normales y lenguaje vulgar; elementos de los que últimamente gustan las películas españolas.

Un barrio marginal en el que los adolescentes pasan su vida sin pena ni gloria, sobreviviendo mediante los trapicheos de objetos robados y la mala relación con el mundo y todo lo que le rodea; un barrio en el que los viejos no son nada más que eso: viejos; y en el que la esperanza, la alegría, "aquellas pequeñas cosas" de las que nos hablaba Serrat en su extraordinaria canción, que son lo que en teoría hacen que todo merezca la pena; no alientan ni al más pintado.

El paso del mero documental de Rodríguez a lo que podemos considerar una película reside en el título: 7 vírgenes; sin el cual el metraje no sería más que una compilación de acciones sin un hilo conductor claro y definido.

El guiño del título consiste en un pequeño juego de videncia mediante el cual y contando hasta 60 en un espejo rodeado de estampas de vírgenes, se puede ver tu futuro ante ti.
Acertado título, sin duda, ya que sin él el director se hubiera visto en el peliagudo trance de tener que elegir un nexo común a todas las imágenes de la película - que no tiene más argumento que el juego de marras - .

En España estamos faltos de buenas ideas, simples ideas, que no requieren mucho más argumento que las propias miradas, no hace falta irnos al barrio marginal de turno, ni ver a los protagonistas de siempre recreando la nada de siempre. Películas como "Los niños del coro", "El hijo de la novia", "Solas"; hacen de lo cotidiano algo especial que conmueve el alma y aprieta el estómago de quien lo ve.

Sin efectos especiales, sin largos travelings de cámara; sólo hace falta una idea, una idea nada más que nos sumerja en una historia que merezca la pena.
Se trata de buscar ese punto entre la originalidad y la emoción; que está muy lejana a ésta película aderezada con flamenco "maquinero". Originalidad señores, originalidad y buen hacer.
saudade
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