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Voto de joselomo:
7
5,8
389
Terror. Drama
Por vez primera cambia el sexo del vampiro en la historia del cine. La condesa Marya Zaleska, miembro de la elite londinense, no es más que la hija del famoso aristócrata transilvano; lo cual nos es revelado a mitad del (breve) metraje, aunque sus afición al esoterismo y la brujería -y, por supuesto, el título- nos hacían sospechar ya dicha filiación. (FILMAFFINITY)
10 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film ofrece ese tipo de terror elegante que solo tienen ciertos clásicos. Heredera y conectada con el Drácula de Tod Browning, rodada apenas 5 años antes, Drácula's daughter se disfruta como prolongación del mito (entendiendo por mito, la visión que Hollywood generó de Drácula) y exploración de cómo puede funcionar en otros contextos. Puede llevar engaño el inicio, en el que se nos ofrece una visión más gótica y acartonada de la mancha del vampiro, porque el film se va convirtiendo, con celeridad, en un drama ligero, con tintes de investigación, en el que todo es evidente, menos para el protagonista. Un ligero toque de humor y superficialidad hacen el resto, convirtiendo la obra en un viaje bastante plácido por las sombras y la fatalidad del destino.
La elegancia y comedimiento, que aportan glamour y sutilidad a la película, también se cobran su precio, dejando a los sucesos y a los personajes en un contexto algo superficial y falto de espíritu. Pese a la agradable estética y el buen hacer del reparto, los carácteres no llegan a ser memorables. Es por ello que la condesa Marya Zaleska no ha pasado a ser un icono del cine, quedándose en el umbral de los monstruos femeninos destacables.
La película, por otro lado, es muy disfrutable gracias a un buen ritmo y una puesta en escena agradable. De visionado obligatorio para amantes del género y un buen entretenimiento para aficionados al cine clásico, en general.
La elegancia y comedimiento, que aportan glamour y sutilidad a la película, también se cobran su precio, dejando a los sucesos y a los personajes en un contexto algo superficial y falto de espíritu. Pese a la agradable estética y el buen hacer del reparto, los carácteres no llegan a ser memorables. Es por ello que la condesa Marya Zaleska no ha pasado a ser un icono del cine, quedándose en el umbral de los monstruos femeninos destacables.
La película, por otro lado, es muy disfrutable gracias a un buen ritmo y una puesta en escena agradable. De visionado obligatorio para amantes del género y un buen entretenimiento para aficionados al cine clásico, en general.