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España España · Terrassa
Críticas de joselomo
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de febrero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tratándose de un film de la Universal, y bajo un título tan evidente, esperaba un resultado más convencional y manido. Ha sido una grata sorpresa comprobar que Ghost Story es una historia poco convencional, al menos en su forma. Aunque el trasfondo no deja de ser el de un clásico cuento de fantasmas, tanto el guión como los personajes ofrecen interesantes sorpresas. Para empezar, nos encontramos con que todo gira alrededor de cuatro ancianos que guardan un secreto, entre ellos un personaje interpretado por el mismísimo Fred Astaire, a quien nunca había visto dentro del género. Es cierto que, en paralelo, seguimos a un protagonista algo más convencional, Don, hijo de Craig Wasson, uno de los miembros de la Chowder Society, que sufrirá en sus carnes debido al secreto de su padre y sus amigos. Este aspecto coral del film, sumado al uso del flashback e hilvanado en un guión un tanto enrevesado en su forma, provocan cierto aturdimiento, que puede llegar a desinflar al espectador durante el primer tercio del film. Todo mejora cuando aparece en escena el personaje de Alma (a la que luego conoceremos como Eva), que se nos muestra extraño y misterioso, desde el principio, debido a su comportamiento excéntrico e incómodo, a la par que sensual. La interpretación de Alice Krige es compleja y se convierte en el pilar maestro del interés del film, tanto por el talento de la actriz como por el papel del propio personaje, ubicado en el núcleo central de este drama generacional. Puede que decaiga un poco al final, cuando el patrón de la historia de fantasmas vuelve a encajar en el lugar que todos conocemos y perdemos parte de esa dimensión atávica del fantasma femenino primitivo, en pos de una visión más victoriana y romántica. Al final, me quedo con la sensación de que se ha querido sofisticar una historia sencilla, a base de un guión cargado de complejidades innecesarias, para luego volver al punto que tienen la mayoría de películas sobre venganzas de ultratumba. Por suerte, el trayecto es muy interesante y deja momentos para el recuerdo, como la efigie de Alma contemplando a su amante, en el silencio de la madrugada.
joselomo
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7
23 de febrero de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me he acercado a este film en una etapa personal de revisión de los orígenes del cine de terror, sabiendo que las comparaciones de esta película con Nosferatu son frecuentes. Es innegable que El estudiante de Praga se concibió casi diez años antes que el film de Murnau, y esos son muchos años de diferencia en una etapa en la que el cine estaba en pañales, así que que tiene un mérito enorme, desde un punto de vista técnico. En todos los elementos de la película se intuye una viva voluntad narrativa y el ritmo es alucinante para su tiempo, pero no soy estudiante de cine, solo un cinéfilo que se deja encandilar por la historia, y en este punto es donde la película no me parece sublime, ni me encandila como lo hace Nosferatu. Pese a un planteamiento muy interesante, que bebe sin duda del arquetipo del doppelgänger popularizado por Poe en su relato William Wilson, no se zambulle del todo en el horror. Es posible que su intención fuera mucho más ligera que la de Murnau, apostando por un resultado más accesible. Pese a esa ligera decepción, más debida a mis simpatías por el terror que a las cualidades del propio film, me ha parecido una deliciosa fantasmagoria, que merece el relevante puesto que mantiene en la historia del cine.
joselomo
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8
1 de marzo de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No satisfecho con asentar las bases de dos clásicos del género como son Drácula (1931) y La Momia (1932), Karl Freund nos ofrece esta tercera joya del terror, menos conocida pero tan destacable o más que las anteriores. Al menos, yo la tenía en el cajón de esos clásicos secundarios a revisar, y ha sido una grata sorpresa comprobar que tiene enormes virtudes, tantas que cuesta entender que haya quedado a la sombra de otros films menos significativos. Puede que se trate de que el personaje central, interpretado por un Peter Lorre en estado de gracia, no se aleje tanto de lo humano como para convertirse en un monstruo caricaturizable, dejándolo en esa frontera de lo incómodo y lo grotesco. Por otro lado, sus escenas memorables, aunque intensas y brillantes, ocurren en entornos y contextos más sutiles de los que suelen hacer gala los clásicos del género. Mad Love no transcurre en tétricos palacios o tumbas abandonadas, sino en escenarios costumbristas o asépticos. No obstante, hay momentos gloriosos que cualquier aficionado sabrá valorar, como la escena en la que la protagonista femenina se hace pasar por una figura de cera, o los incómodos encuentros entre ella y el doctor, cargados de tensión y represión sexual.
El montaje y el planteamiento artístico general me han sorprendido por su modernidad.
Es curiosa también la dicotomía entre cierto humor sarcástico y el drama psicológico del que hace gala el film; la historia no acaba de decidirse por la ligereza o la profundidad y puede que sea este otro de los motivos por el que no se le haya encumbrado al Olimpo de los grandes clásicos. El ritmo de la narración es muy bueno y el actoring destacable, especialmente el de Peter Lorre y Frances Drake, una de las parejas más estimulantes del horror clásico.
joselomo
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7
6 de marzo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde 1999, fecha de estreno de The Blair Witch Project, muchas son las películas que han usado el recurso del “metraje encontrado” para salvar retos presupuestarios y tratar de engañar al espectador con trucos baratos. Se cuentan con los dedos de la mano las que lo han usado como una verdadera herramienta para potenciar la fuerza de la historia. The Sacrament se encuentra entre las segundas.

El estilo de Ti West, ya de por sí orientado a cierto naturalismo, encaja como un guante el recurso del falso documental. Si sumamos a esto que el guión de The Sacrament está basado en hechos reales y que la excusa del found footage se usa mediante una licencia real del periodismo contemporáneo como es VICE, los ingredientes para crear una historia son poderosos.

Las organizaciones secretas que se mantienen al margen de la sociedad protegiendo con recelo sus propios códigos y objetivos, nos asustan. Cuando su actitud llega al extremo, la desconexión y el rechazo que estos grupos sienten hacia el mundo exterior cruza una línea peligrosa, en ocasiones sin retorno. Tal fue el caso de la masacre de Jonestown, en 1978, donde todo acabó con el suicidio colectivo de más de 900 personas. El film explora los límites de nuestros miedos en ese contexto, haciéndonos partícipes de la visita de un grupo de reporteros de VICE a la congregación de Eden Parish, donde un nutrido grupo de personas decepcionadas con su vida anterior han comenzado un nuevo estilo de vida alrededor de un carismático personaje, al que se refieren como El Padre.

La llegada de los reporteros desencadena el conflicto, esto es algo que se aprecia desde el principio del film. Parte del acierto de la película es hacer visible la reacción (casi alérgica) de la comunidad ante los parásitos externos, un recelo que se torna desconfianza y luego odio en apenas unas horas.

A destacar la tensa escena de la recepción de los invitados por parte de El Padre y la memorable interpretación de Gene Jones, un actor mayúsculo que carga de verosimilitud a la parte más compleja del film.

Solo me pregunto si The Sacrament no hubiera funcionado mucho mejor con un tratamiento aún más documental, prescindiendo del uso de banda sonora o trucos de montaje, ya que los momentos de mayor angustia son precisamente los que tienen un enfoque más naturalista.

Por cierto, que la historia original, la de la verdadera masacre de Jonestown, es incluso más aterradora. Casi podría decirse que la crónica de Ti West es una visión light del suceso.
joselomo
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7
10 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film ofrece ese tipo de terror elegante que solo tienen ciertos clásicos. Heredera y conectada con el Drácula de Tod Browning, rodada apenas 5 años antes, Drácula's daughter se disfruta como prolongación del mito (entendiendo por mito, la visión que Hollywood generó de Drácula) y exploración de cómo puede funcionar en otros contextos. Puede llevar engaño el inicio, en el que se nos ofrece una visión más gótica y acartonada de la mancha del vampiro, porque el film se va convirtiendo, con celeridad, en un drama ligero, con tintes de investigación, en el que todo es evidente, menos para el protagonista. Un ligero toque de humor y superficialidad hacen el resto, convirtiendo la obra en un viaje bastante plácido por las sombras y la fatalidad del destino.

La elegancia y comedimiento, que aportan glamour y sutilidad a la película, también se cobran su precio, dejando a los sucesos y a los personajes en un contexto algo superficial y falto de espíritu. Pese a la agradable estética y el buen hacer del reparto, los carácteres no llegan a ser memorables. Es por ello que la condesa Marya Zaleska no ha pasado a ser un icono del cine, quedándose en el umbral de los monstruos femeninos destacables.

La película, por otro lado, es muy disfrutable gracias a un buen ritmo y una puesta en escena agradable. De visionado obligatorio para amantes del género y un buen entretenimiento para aficionados al cine clásico, en general.
joselomo
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