Como cantaban Towe Power Carlito vuelve a las calles de nuevo, esas calles de Ny que son un tablero de juego que se reparten entre negros, latinos, italianos y todas las minorías étnicas que colorean (y trapichean) la gran manzana (podrida).

Carlito ha cambiado, igual que ha cambiado la música (el funk ha sido sustituido por la música disco), han cambiado las drogas (el caballo ha dado paso a la coca, que es el motor que mueve la ciudad) y los viejos códigos que regían la compra-venta en la calle, también han cambiado para desgracia de Carlito, que ve como chavales que han movido un par de papelinas buscan respeto y se creen los amos del cotarro.

Pero Carlito lleva el viejo código de las calles impreso en cada gen de su cuerpo (lealtad a tus amigos) y el enfrentamiento entre sus viejos codigos, lo que encuentra cuando sale de la cárcel y sus ganas de cambiar de vida solo le permitirá una opción: huir, pero no es tan fácil, no puedes huir de tu pasado ni de los códigos que aprendiste.