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España España · Madrid
Voto de luison:
7
Drama El duque de York se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor, Eduardo VIII. Su tartamudez, que constituía un gran inconveniente para el ejercicio de sus funciones, lo llevó a buscar la ayuda de Lionel Logue, un experto logopeda que intentó, empleando una serie de técnicas poco ortodoxas, eliminar este defecto en el habla del monarca. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran triunfadora de los Oscars de 2010 se apoya en una historia muy simple, de la que los grandísimos actores consiguen sacarle hasta el último jugo de ella. Porque la película refleja una historia que ocurrió en realidad, más aún, que tuvo gran repercusión y actualidad hasta nuestros días, y que poca gente conoce. Y es que el film muestra perfectamente el sufrimiento y la impotencia del tartamudo, que no le queda otra que callar aunque no quiera, y que acaba por resignarse al no poder ver cumplidos sus sueños. Además, la película deja una idea sencilla pero rotunda: el miedo no puede ponerte limitaciones. Todo se puede solucionar, y hablarlo con gente que está dispuesta a escucharte es la mejor forma de comenzar. Esa es la idea principal de la película, y queda perfectamente explicada y reflejada.

Es posible que a la película le falte el soporte siempre fundamental de la banda sonora, que sin ser del todo mala, no consigue alcanzar el listón de las circunstancias. Solamente cuando el rey está leyendo el discurso, la música se hace notar para influir en el espectador. Pero en el resto del film, la música aparece efímera y pobre.

Lo que está claro, es que a esta historia tan simple, la hace enorme la increíble interpretación de los actores. Porque es admirable la actuación de Colin Firth, que clava sin ninguna duda el papel del tartamudo, y expresa maravillosamente el sufrimiento y el estado de nerviosismo del paciente. La versión original es obligatoria. Tampoco se queda atrás un Geoffrey Rush que encarna al logopeda que no ha podido cumplir su sueño, pero que, en cambio, no se ha resignado a recordar su pasado fracaso, sino que ha continuado para hacer otra cosa que le gusta: la enseñanza a la mejora de la dicción. Eso, junto a unos personajes secundarios más que correctos, y un humor audaz y efectivo (especialmente el de Geoffrey Rush), levantan la película y la hacen más grande, demostrando así que de una historia súper simple, se puede llegar a una más que notoria producción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
luison
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