Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Reaccionario:
4
Drama Ramón (Javier Bardem) lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, que da al mar, donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es morir dignamente. En su vida ejercen una gran influencia dos mujeres: Julia (Belén Rueda), una abogada que apoya su causa, y Rosa (Lola Dueñas), una vecina que intenta convencerlo de que vivir ... [+]
23 de abril de 2014
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las últimas extravagancias de los progres es la defensa de la eutanasia, o sea el derecho a morir "con dignidad". La culpa de esto no es tanto de ellos como de la oposición que como es liberal, defiende todos los derechos habidos y por haber hasta el punto de que los otros se quedan sin programa, motivo el cual se tienen que enredar en buscar "nuevos derechos" de dudoso fundamento. El debate que rodea "Mar adentro", aunque ni por asomo profundiza en él, es jurídico y religiosa, racional e ideológico, objetivo y personal. Es decir, depende del alcance que demos al sacrosanto concepto de "libertad". ¿Existe la libertad para morir? Uno puede tomarse esa licencia, como puede pasar con el suicidio, pero no existe una apoyatura legal, ni puede existir según el concepto de derecho humano que si concede a la vida un valor absoluto no puede ser infringido ni por nadie, ni por uno mismo. Y no hablemos ya desde una perspectiva teológica.

Lo malo que tiene esta biografía de Ramón Sampedro (interpretado con gran parecido en lo físico y en la voz por Javier Bardem) no es tanto que se defienda la llamada "muerte digna" sino la pobreza con la que se hace. Su discurso, como el del abogado, el del propio Alejandro Amenábar, que además de dirigir y componer la banda sonora, coescribió el guión, está construido a base falacias izquierdistas que los tribunales, como no podía ser de otra forman, tardan en ventilar unos segundos. Quitado el plato fuerte ideológico se queda en telefilme pastoso. A esto añadimos una trama paralela con Julia (Belén Rueda), que aunque inspirado en Laura Palmés, ni encaja en la historia, ni tiene el protagonismo que se le da. Tampoco me ha gustado la capacidad de seducción de Ramón, que las enamora a todas, ni sus oníricas salidas, demasiado infantiles. Oscar a la mejor película de lengua no inglesa y la friolera de 14 premios Goya, pero no es buena.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow