Comedia romántica que se beneficia de la popularidad de sus tres protagonistas, Lauren Bacall, Marilyn Monroe y Betty Grable, más famosa por su mítica imagen como pin up, esa en la que está de espaldas, que como actriz. No en vano fue la séptima más taquillera en los Estados Unidos en el año 1953, justo detrás de otra de la Monroe, "Los caballeros las prefieren rubias" (1953). Dicho esto la presente película, que nace del encuentro de dos obras de teatro, "The Greeks Had a Word for It" de Zoë Akins y "Loco" de Dale Eunson Katherine Albert, es algo pobre porque parte de una situación cuando menos dudosa. Que estas señoritas quieran conseguir unos ricachones, pues lo acepto, pero que se terminen encaprichando del primero que ven y de la forma más rápida posible, es que no cuela. Aunque para ser justo, el flechazo puede ir en la otra dirección. Hay que ver la que lía Tom Brookman (Cameron Mitchell), con solo ver unos segundos a Schatze Page (Lauren Bacall), con el agravante de que estando al lado Pola, es decir Marilyn Monroe, que es la más guapa de las tres con diferencia, ni se fija en ella. Pues no, tampoco me lo como.

Pese a todo, "Cómo casarse con un millonario" me ha resultado muy instructiva por la imagen de la mujer. A algunos, la mayoría, la parece un retrato rancio y machista pero esto hay que matizarlo para que se entienda. En realidad, es misógina pero no machista. Este no es un concepto muy académico pero es muy útil para distinguir realidades muy diferentes que se engloban bajo el mismo paraguas, el de machista. Sería algo parecido a la idea de sexismo hostil y benévolo que se maneja en psicología social. Aquí lo importante es que pueden existir distintas opiniones sobre la naturaleza femenina: la feminista diría que es igual a la del hombre, la misógina que es mala y la machista pues que es buena. De esta concepción se extraerán rasgos, actitudes, ideas, etc., que determinan lo que es adecuado o no para las mujeres. Entiendo que a muchos les parecerá que la concepción femenina de los machistas es también mala pero entonces estas personas me tienen que contestar que cómo llamamos a la creencia no igualitaria pero positiva de las mujeres, por ejemplo, la que asegura que las mujeres son más buenas o sensibles que los hombres.

"Cómo casarse con un millonario" plantea en las mujeres todo un cúmulo de defectos con el que se cae en la misoginia. Es cierto que ellas reaccionan, como tratando de decirnos que en realidad no son así pero esa ruptura es más aparente que real. En el fondo se ve bien que sean manipuladoras, egoístas, frívolas, superficiales, materialistas, interesadas, mentirosas, que den sablazos a los hombres, que los quieran por el dinero, que se aprovechen con zalamerías, que lo único que les interese sea la apariencia física, que lo que deseen es "atrapar" un varón o que no sean capaces de una verdadera amistad femenina. Pero pese a esta apariencia agresiva, en realidad son débiles, tontas e inseguras, como se ve en Pola, que se niega a llevar gafas. Pero el caso es que una película de este estilo sería imposible en la época de Franco porque el machismo más tradicional defiende que las mujeres no son así, sino buenas y valiosas. Pero el sexismo hostil o la misoginia, se difunden porque antes se destruye el sexismo benévolo, gracias a que coinciden con el feminismo. No en vano diversas actitudes de este estilo se mimetizan con el igualitarismo.