Es cierto que este thriller de ambiente nevado y de encumbrado reparto va perdiendo fuerza a medida que pasan los minutos pero aún así llega a la meta con el suficiente aplomo como para merecer más reconocimiento del que tiene. En este sentido, se me antoja un poco incomprensible que contando con unos gigantes de la interpretación, especialmente Liam Neeson y Meryl Streep, el primero más por su tamaño, un metro noventa y tres, y la segunda por su talento; y que encima, sin ser deslumbrante tampoco fuera mala, la película se diera de bruces en la taquilla de un modo espantoso: costó 35 millones de dólares y ni siquiera pudo llegar a recaudar nueve. Sobre todo cuando es el típico producto que por su fórmula comercial "para todos los públicos" tiene todas las papeletas para hacer caja.

"Antes y después" es la adaptación de la novela homónima escrita por Rosellen Brown en 1992. Comienza con misterio, al aparecer un cadáver de una chica, asesinada presuntamente por el hijo de la pareja protagonista, que además está desaparecido. A los treinta minutos parece que se espesa, hay un repunte diez minutos más tarde pero en realidad toda la segunda mitad o más bien los dos últimos tercios vira del thriller criminal al melodrama familiar. Es raro, porque aunque Barbet Schroeder plantea un dilema ético bastante complicado, la obra acaba perdiendo interés, incluso haciéndose un poco pesada, sin que terminemos de implicarnos en el conflicto en cuestión. Sobre éste sólo os diré que una falta requiere una expiación que el responsable debe pedir incluso en vez de tratar de esquivarla.