No podemos considerar "Un canguro superduro" como la mejor película del año o como el film que nunca olvidaremos, eso está claro. Pero tampoco hay que desprestigiar una película que, simple y llanamente, se ha hecho con la intención de entretener y hacer sonreir al espectador. Es agradable tener películas así, donde la comedia se entremezcla con la ternura, para pasar ratos de tardes de domingos, por ejemplo, en familia.

El papel de Vin Diesel, simplemente, es correcto. No podemos destacar su faceta de emocionar al espectador porque, sencillamente, no la tiene. Lo mejor de la película es la ternura que nos transmiten todos y cada uno de los niños.