Nadie se hubiera imaginado allá por 1997 que dos amiguetes de toda la vida iban a triunfar tan estrepitosamente con su primer guión, “El Indomable Will Hunting” que además de darles el Oscar al mejor guión original, lanzó sus carreras a lo más alto de Hollywood. Pero claro, tampoco nadie hubiera imaginado cuán diferentes han sido las dos trayectorias de Damon y Affleck, sobre todo por su enorme diferencia como actores. Damon ha demostrado con creces ser uno de los mejores actores de su generación, con una versatilidad realmente sorprendente, y trabajando con los directores de mayor renombre, desde Soderbergh, Scorsese, Clint Eastwood… amén de haber protagonizado una de las franquicias más rentables de la última década dando vida a Jason Bourne. En cambio Affleck no ha parado de dar tumbos, buscando su propio lugar sin encontrarlo: desde productos comerciales de nula calidad como “Armageddon” a uno de los pocos fracasos comerciales que ha tenido la Marvel a la hora de llevar un cómic a la pantalla, porque “Daredevil” tenía todas las papeletas de ser un gran éxito (uno de los mejores personajes de toda la historia Marvel, que podría haberle granjeado a Affleck su situación en Hollywood). Parecía que la búsqueda de la rentabilidad hizo a este actor elegir una y otra vez productos equivocados que han resultado fracasos estrepitosos tanto en la taquilla como en el público y la crítica –“Pearl Harbor”, “Pánico Nuclear”, “Paycheck”, “Hollywoodland…”-. Pero, oh sorpresa, cuando toda la credibilidad parecía perdida para Affleck… se puso tras la cámara y nos dejó boquiabiertos con una primera película realmente prometedora, porque “Adios, pequeña, Adios” que basada en una novela de Dennis Lehane (“Mystic River”) ponía de manifiesto su sorprendente capacidad como guionista, adaptando brillantemente la novela, y por supuesto como director, con gran pulso y una voz propia que no estábamos acostumbrados en el trilladísimo género del “thriller”. (SIGUE EN SPOILER)