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España España · Barcelona
Voto de Unadeindios:
2
Ciencia ficción. Acción. Aventuras Veintidós años después de lo ocurrido en Jurassic Park, la isla Nublar ha sido transformada en un enorme parque temático, Jurassic Wold, con versiones «domesticadas» de algunos de los dinosaurios más conocidos. Cuando todo parece ir sobre ruedas y ser el negocio del siglo, un nuevo dinosaurio de especie desconocida, pues ha sido creado manipulando genéticamente su ADN, y que resulta ser mucho más inteligente de lo que se pensaba, se ... [+]
13 de julio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1993, Jurassic Park se presentaba con un guión inteligente (no en vano procedía de la obra de Michael Crichton), un director competente y unos actores que no eran meros figurines. La película, como puede comprobarse, sentó escuela e inauguró una manera de hacer este tipo de cine, un híbrido entre el género de aventuras y el de criaturas colosales.

Veinte años después, Jurassic World no es un remake de la anterior. Ni siquiera es una copia (qué más quisiera), y en todo caso llega a un plagio perpetrado por una panda de incompetentes cuyo único objetivo es tomarle el pelo al espectador y faltarle al respeto durante toda la película. Este supuesto film tiene un guión más plano que el encefalograma de sus autores, unos actores que parecen muñecos de cera y una dirección que de forma piadosa podría calificarse de funcional. En una película cuyo principal -y en realidad único- activo son las digitalizaciones, éstas son, en el mejor de los casos, de pura pena. Una digitalización es algo más que un mero dibujo sobreimpreso en la pantalla, y su principal aliciente es verla en interacción de forma convincente con un actor de carne y hueso. Este aspecto quedaba magníficamente resuelto en Jurassic Park, pero aquí, en Jurassic World, con un guión que cabe en tres líneas (y en un par de neuronas), unos figurantes que se hacen pasar por actores y una dirección que parece de anuncio de detergente, las digitalizaciones eran el único elemento que podía salvar algún aspecto de un film que no llega ni a olvidable. Por supuesto, ni eso supieron hacer.

Novedades del filme (agarrénse): aparecen dinosaurios voladores (pequeñitos y en la distancia, casi para que nadie los vea) y un dinosaurio acuático, algo así como un improbable híbrido entre ictiosaurio y ballena azul, durante nueve segundos. Ya está.

Eso sí, el sonido es atronador, y tiene la ventaja de que así casi no se entienden unos diálogos de un infantilismo sonrojante.

La mejor manera de disfrutar esta película es no viéndola. Créanme.
Unadeindios
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