Vamos a ver, señores Pastor: a ver si hacemos los deberes y nos repasamos un par de docenas de clásicos de SF, y luego parimos una de fin del mundo. Es el guión, caramba, es el guión. No es que filméis mal, se nota que os lo habéis currado, el ataque a oscuras en el supermercado está muy bien rodado, y algunas escenas en el metro son inquietantes, pero esos diálogos... Ya de entrada, el "virus" que os sacáis de la manga es, simplemente, ridículo. Eso hay que trabajarlo un poco, rediós. La historia de amor da grima, y el repentino descubrimiento del instinto paterno que le da a Gutiérrez es de risa. Que un hijoputa como el interpretado por Coronado se convierta de repente en una hermanita de la caridad sólo hace que alimentar las carcajadas, y su vínculo con el padre no se lo cree ni su abuela. Y el final... Por los clavos de Cristo, qué final. Cuando sale aquel grupito de preadolescentes, todos con cara de bofetada, y el niñito se va con ellos, mientras Adán y Eva le miran embelesados, Via Laietana abajo, una Via Laietana que mataría por verla así transformada, eso es el remate. ¿Qué pasa, os ha pagado la película alguna organización antiabortista? Y la próxima vez, elegid mejores actores, porque el Quimet está de puta pena, la Etura pasaba por allí, y Coronado se limita a calcar el careto y las inflexiones de No habrá paz para los malvados. Al menos, se sale del embolado con dignidad. Os deseo mejor suerte en la siguiente ocasión. El guión, acordaos...