No sé explicar cómo he llegado aquí, pero el caso es que reconozco que con pocas ganas me he puesto delante de la pantalla, confieso que el cine oriental suele echarme para atrás. El caso es que he pensado que hay que ver de todo y que de vez en cuando, por qué no, hay que ponerse una de este tipo de acción que no hace pensar demasiado. Bien, pues el caso es que me he equivocado, y lo que presuntamente iba a ser una castaña me ha ido pareciendo poco a poco lo que es, una película buena, no sólo para los que buscan ver peleas, escenas de patadas voladoras y ostiazos de todo tipo. Hay acción de este tipo, y mucha, no hay más que leer la sinopsis para saber que la base de "Ip Man" son las peleas y a quien no le guste no se la recomendaría jamás. Yo no soy un fanático, me considero abierto de mente para poder ver de todo y aquí, en esta producción de Hong Kong, hay escenas de unas leches, con unos botes, unas patadas, hablando en plata, se meten unosm ostiazos y está todo tan bien hecho que merece la pena y mucho.

Pero hay más, se nos muestra la historia de una China ciertamente bucólica en la primera parte (qué mas dará eso, es cine) en contraste con una población sometida al imperio japonés que, como muchos sabrán, en una competición con los nazis podrían ganar perfectamente en barbaridades. Al personaje principal no lo gana nadie en cuanto repartir, y a mí eso no me importa, que acabe él solito con diez tíos, como si acaba con los 88 maníacos como la Thurman; y por cierto, que se critique la invasión japonesa, efectivamente, a mí me también me importa bien poco. Los valores que transmite el maestro ya los quisiera poseer muchos europeos. Me ha gustado, lo reconozco.