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Voto de Miquel:
8
7,1
2.329
Romance. Comedia
Gregory Peck es un periodista deportivo y Lauren Bacall, una diseñadora de moda de éxito. A pesar de que pertenecen a mundos muy distintos, tras una breve y apasionada relación se casan. Poco después de la boda, la convivencia provocará conflictos que ponen de manifiesto las enormes diferencias que existen entre ellos. Divertida comedia romántica de la Metro que se benefició de un reparto estelar, de un simpático guión -ganador del ... [+]
16 de noviembre de 2008
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia realizada por Vincente Minnelli, es su largometraje núm. 22. El guión, de George Wells, desarrolla un argumento de Helen Rose. Se rueda en escenarios reales de Beverly Hills (Beverly Hills Hotel and Bungalows) y San Francisco (Delfinarium) y en platós de MGM Studios (Hollywood). Gana un Oscar (guión original). Producido por Dore Schary y Helen Rose para MGM, se estrena el 16-V-1957 (NYC).
La acción dramática tiene lugar durante el verano de 1956 a lo largo de unas pocas semanas. El prólogo se desarrolla en LA y San Francisco (CA), el epílogo en Boston y la acción principal en NYC (NC). Mike Hagen (Peck), cronista deportivo de un periódico neoyorquino, se ha trasladado a LA para cubrir la información de un importante torneo de golf. Allí conoce a la diseñadora de modas, Marilla Brown (Bacall). Se enamoran a primera vista y se casan precipitadamente, antes de su regreso a NY. Mike es testarudo, severo, desordenado y franco. Ella es sofisticada, de gustos refinados, elegante, suspicaz y fogosa. Los amigos de él son abiertos, sinceros, primarios y toscos. Los amigos de ella son refinados, aficionados al arte, elegantes y poco sinceros.
El film suma comedia de costumbres y romance. Añade en medida limitada números musicales y de baile. El guión se escribe pensando que el papel protagonista correspondería a Grace Kelly en la que hubiera sido su última intervención en cine. El galán iba a ser James Stewart y la modelo-bailarina, Cyd Charisse. La dirección se ofrece en primera instancia a Joshua Logan (“Picnic”, 1955). Minnelli, Bacall y Peck cumplen con brillantez. Sólo se echa en falta la intervención de Cyd Charisse. Es una de las pocas comedias protagonizadas por Gregory Peck.
La película basa su humor en el choque entre dos mundos diferentes y en muchos aspectos contrapuestos, como lo son el del deporte y el de la moda. El primero es rudo, primario, espontáneo y sincero. El segundo es sofisticado, sutil, sensible, delicado y un tanto estrafalario. El choque entre los dos mundos tiene lugar a través de la cultura que inspira los dos ambientes sociales a los que pertenecen Marilla y Mike y a través de sus manifestaciones, contactos, aficiones y proyectos. A un nivel más cercado, los choques se producen en múltiples ocasiones de la vida diaria que comparten Marilla y Mike. Las fuerzas centrífugas que rodean a la pareja se ven condicionadas por la constatación de ambos de que el amor que les une no permite vivir a ninguno de los dos sin la compañía del otro. Minnelli se esfuerza por mantenerse neutral entre los dos mundos que retrata, aunque su idiosincrasia personal le inclina claramente a favor de uno de ellos: el del arte, la música, el baile y la moda. La acción deriva hacia un enfrentamiento clásico entre un hombre y una mujer, si bien en este caso Minnelli los sitúa inteligentemente en pie de igualdad.
La acción dramática tiene lugar durante el verano de 1956 a lo largo de unas pocas semanas. El prólogo se desarrolla en LA y San Francisco (CA), el epílogo en Boston y la acción principal en NYC (NC). Mike Hagen (Peck), cronista deportivo de un periódico neoyorquino, se ha trasladado a LA para cubrir la información de un importante torneo de golf. Allí conoce a la diseñadora de modas, Marilla Brown (Bacall). Se enamoran a primera vista y se casan precipitadamente, antes de su regreso a NY. Mike es testarudo, severo, desordenado y franco. Ella es sofisticada, de gustos refinados, elegante, suspicaz y fogosa. Los amigos de él son abiertos, sinceros, primarios y toscos. Los amigos de ella son refinados, aficionados al arte, elegantes y poco sinceros.
El film suma comedia de costumbres y romance. Añade en medida limitada números musicales y de baile. El guión se escribe pensando que el papel protagonista correspondería a Grace Kelly en la que hubiera sido su última intervención en cine. El galán iba a ser James Stewart y la modelo-bailarina, Cyd Charisse. La dirección se ofrece en primera instancia a Joshua Logan (“Picnic”, 1955). Minnelli, Bacall y Peck cumplen con brillantez. Sólo se echa en falta la intervención de Cyd Charisse. Es una de las pocas comedias protagonizadas por Gregory Peck.
La película basa su humor en el choque entre dos mundos diferentes y en muchos aspectos contrapuestos, como lo son el del deporte y el de la moda. El primero es rudo, primario, espontáneo y sincero. El segundo es sofisticado, sutil, sensible, delicado y un tanto estrafalario. El choque entre los dos mundos tiene lugar a través de la cultura que inspira los dos ambientes sociales a los que pertenecen Marilla y Mike y a través de sus manifestaciones, contactos, aficiones y proyectos. A un nivel más cercado, los choques se producen en múltiples ocasiones de la vida diaria que comparten Marilla y Mike. Las fuerzas centrífugas que rodean a la pareja se ven condicionadas por la constatación de ambos de que el amor que les une no permite vivir a ninguno de los dos sin la compañía del otro. Minnelli se esfuerza por mantenerse neutral entre los dos mundos que retrata, aunque su idiosincrasia personal le inclina claramente a favor de uno de ellos: el del arte, la música, el baile y la moda. La acción deriva hacia un enfrentamiento clásico entre un hombre y una mujer, si bien en este caso Minnelli los sitúa inteligentemente en pie de igualdad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El humor que contiene el relato es fresco, ocurrente y gracioso. Se añaden “gags” gestuales y visuales, que se expresan con elegancia y distinción. Recuerdan en muchos casos la dinámica de la expresión corporal de los slapsticks del cine mudo clásico. No faltan los enredos, confusiones y malentendidos propios de la screwball comedy americana. Se hace uso de numerosos estereotipos. La lucha que se entabla entre un grupo de gángsters y Mike, la fuerza de Maxie Stulz y las habilidades artísticas de Clive Owen, se resuelve gracias a la intervención del artista.
La narración separa del conjunto a 5 personajes principales: el cronista deportivo, la diseñadora de modas, el director teatral, la corista fogosa y el boxeador “sonado”. Lo que piensan estos personajes se expresa mediante su voz en “off”. En el trasfondo de la obra late el espíritu del musical, que emerge en las secuencias de música y baile y en la magnífica pelea-ballet del final. La acción se presenta envuelta en una pátina de lujo y elegancia, actualmente un poco empalagosa, pero propia del “glamour” de la MGM y del oficio de Minnelli. Palpita, además, en el trasfondo de la obra el espíritu de la pareja formada por Spencer Tracy y Katharine Hepburn en sus películas imperecederas. Son escenas destacables la de la pelea final, la presencia de Marilla como espectadora de un combate de boxeo, la doble reunión en casa de Marilla de los amigos de él y de los amigos de ella, la del restaurante italiano, la visita de tres matones a Mike y otras.
La música, de André Previn, ofrece una partitura colorista, de tonos ligeros y festivos, que culmina con la canción “Music Is Better Than Words”. Añade la balada “There’ll Be Some Changes Made”. La fotografía, de John Alton, prescinde de los planos-secuencia habituales de Minnelli, que sustituye por el juego de plano/contraplano usual de Hollywood. Destaca la escena en la que con una suma de primeros planos se explica que Marsilla ha comprendido que Lori Shannon es la mujer de la fotografía del apartamento de Mike.
Película bien escrita, bien interpretada y bien realizada. Es entretenida y divertida. Conserva en buena medida el vigor inicial.
La narración separa del conjunto a 5 personajes principales: el cronista deportivo, la diseñadora de modas, el director teatral, la corista fogosa y el boxeador “sonado”. Lo que piensan estos personajes se expresa mediante su voz en “off”. En el trasfondo de la obra late el espíritu del musical, que emerge en las secuencias de música y baile y en la magnífica pelea-ballet del final. La acción se presenta envuelta en una pátina de lujo y elegancia, actualmente un poco empalagosa, pero propia del “glamour” de la MGM y del oficio de Minnelli. Palpita, además, en el trasfondo de la obra el espíritu de la pareja formada por Spencer Tracy y Katharine Hepburn en sus películas imperecederas. Son escenas destacables la de la pelea final, la presencia de Marilla como espectadora de un combate de boxeo, la doble reunión en casa de Marilla de los amigos de él y de los amigos de ella, la del restaurante italiano, la visita de tres matones a Mike y otras.
La música, de André Previn, ofrece una partitura colorista, de tonos ligeros y festivos, que culmina con la canción “Music Is Better Than Words”. Añade la balada “There’ll Be Some Changes Made”. La fotografía, de John Alton, prescinde de los planos-secuencia habituales de Minnelli, que sustituye por el juego de plano/contraplano usual de Hollywood. Destaca la escena en la que con una suma de primeros planos se explica que Marsilla ha comprendido que Lori Shannon es la mujer de la fotografía del apartamento de Mike.
Película bien escrita, bien interpretada y bien realizada. Es entretenida y divertida. Conserva en buena medida el vigor inicial.