Mala hasta decir basta, "En tiempo de dragones" (2011) es sin duda fruto de una mala digestión de un menú-basura compuesto de hamburguesas y patatas fritas con "ketchup" regadas con Coca-Cola de garrafón y batido de fresa. Vamos, que el guión (por llamarlo de alguna manera) ha sido escrito por un estudiante norteamericano de secundaria aficionado a jugar a "Dragones y mazmorras" tras la obligada lectura de "Moby Dick" en la clase de literatura.

Todo es absurdo en esta producción. Todo, menos los dragones que por lo menos están bien hechos. Sinceramente, no merece la pena dedicarle más líneas a este despropósito. Eso sí, le doy un premio especial al absurdo al "barco terrestre" en el que van de caza los matadragones, una suerte de cruce entre cañonero de la Primera Guerra Mundial y carromato a lo "Mad Max". Nadie se molesta en explicar qué energía o extraño motor mueve a esta mole por los páramos nevados por los que vaga siguiendo el "curso" fijado por Ahab-Danny Glover... Aunque bien pensado, ¿A quién carajo le importa?

Menos mal que no he pagado un duro por ver esta cosa. Es la ventaja de Internet.