Este film es para aquellos que encapsulan a Q. Tarantino, puesto que aquí crea una obra de arte, no es de acción, ni un thriller, ni una vulgar comedia, ni mucho menos un drama; estamos ante una disparatada y delirante gama de actores perfectamente escogidos, sometidos a las acciones más extravagantes, irreales y a la vez cómicas en mucho tiempo; con unos diálogos, gestos, manías y pintas de modo que cada actor es un mundo.
Acción frenética acorde a su banda sonora, con crímenes sin censura, sin conciencia, incluso involuntarios.
Es una opinión muy personal, pero desde que Travolta recoge a Thurman en la casa del jefazo hasta la jeringuilla de adrenalina, hay toda una larga secuencia que debería estar enmarcada por la agilidad de rodaje, diálogo y ritmo con que ocurre... de los mejores momentos de toda la historia del cine...
Lo que puede ocurrir es que tanta estimulación sensorial pueda llegar a agotar a los débiles, pero de vez en cuando conviene olvidarse de la escrupulosa seriedad y engancharte a una pedrada como esta, que pena, se lo pierden!!!