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España España · Puerto Real
Voto de TESS:
8
Drama. Acción Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se rinde y toma la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer (Rachel McAdams) y su hija. (FILMAFFINITY)

9 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco se puede hacer en cine que no se haya hecho ya, esa es la verdad. Muchos critican esta película por ser más de lo mismo en la historia de películas con el boxeo de fondo. Cierto, pero repito que poco se puede inventar que sorprenda a la audiencia. Lo que sí se puede exigir es que, ya que se hace más de lo mismo, al menos que se haga bien. Y esta película, al menos, está muy bien hecha. Cuenta para ello con un director que no es nuevo, que sabe lo que se hace y que lo cumple. Y, sobre todo, cuenta con un actor que es una auténtica máquina a la hora de convertirse en el personaje que interpreta. Doy gracias al cielo porque Eminem decidiera a última hora rechazar este papel y centrarse en su carrera musical, dejando tan sólo constancia de su presencia en el film dos temas musicales propios de su estilo. Gracias a ello, tenemos la alegría de disfrutar de un Jake Gyllenhaal fabuloso e impresionante como en él es habitual. Se mete en la piel musculada de un Billy Hope cateto y sin educación que sólo sabe en la vida dar puñetazos sobre un ring de boxeo. El actor dijo inspirarse en el estilo de boxeo y en la carrera del boxeador Miguel Cotto. Para mí, el personaje no es nada carismático ni atractivo, me cae mal, no siento ninguna empatía por él ni dolor por su situación personal. Pero Gyllenhaal con su actuación consigue que poco a poco, ese paleto vaya evolucionando a lo largo de la película y lo va volviendo más humano. Junto a él, una bellísima Rachel McAdams, como siempre, deliciosa, natural, espontánea. Ojalá su personaje hubiera tenido más horas de metraje pero la actriz canadiense lo borda, como siempre. El tercero aquí para quitarse el sombrero es el veterano Forest Whitaker, por el que siempre he sentido predilección. Está perfecto, el entrenador ideal para un tipo como el personaje de Gyllenhaal. La niña Oona Laurence se desenvuelve muy bien. Pequeños papeles para la bella Naomie Harris y para el guapísimo colombiano Miguel Gómez. El tristemente desaparecido compositor James Horner compondría aquí de forma gratuita su último trabajo antes de fallecer en accidente de avión el pasado Junio. El director, Antoine Fuqua no podía pagarle al músico debido al pobre presupuesto que se dio a la película y Horner no dudaría en hacerlo sin cobrar nada, algo totalmente sorprendente en un mundo materialista como éste. De hecho, al final de la película, aparece una dedicatoria para este malogrado músico. Recomendable.
Un saludo,
Tess
TESS
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