Es muy difícil catalogar esta película, es difícil comentar lo que me ha parecido, clasificarla dentro de algún género. Lo que sí que me ha quedado claro una vez vista es que se trata de una película anticomercial y no apta para todos los gustos. J.P. Schaefer ha realizado un trabajo complicado de tragar, arriesgado y propenso a recibir montones de críticas negativas, como ha sido el caso, según creo, por parte de algunos fans de John Lennon. A mí me ha parecido un trabajo notable y digno de elogio. Yo tenía 4 añitos cuando Lennon fue tiroteado hasta la muerte por este desequilibrado, por lo que me ha parecido más que interesante poder conocer algo más de este desgraciado hecho y, sobre todo, de las motivaciones que llevaron al asesino a cometer tal fechoría. No entiendo las críticas de los seguidores del cantante que aseguran que hay benevolencia en el trato que el director da a la figura del asesino. Para mí es todo lo contrario, aquí se nos muestra la mente perturbada de éste y se nos deja bien claro que el hombre está totalmente chiflado, así que de mirada benevolente nada de nada. El peso de la cinta recae absolutamente en Jared Leto, actor que gusta de llevar a cabo papeles nada agradecidos, que suele huir del cine comercial, que se implicó de tal manera en el proyecto que se encargó de parte de su producción y que engordó una barbaridad para dar más credibilidad a su personaje y parecerse más a él. A mí, Leto ha conseguido producirme grima con su maravillosa y realista actuación, está fantástico. Junto a él aparece la superficial Lindsay Lohan que me ha sorprendido muy gratamente. La Lohan se ha teñido el pelo de negro y ha dejado una muy buena actuación, demostrando que cuando deja de lado las borracheras y los escándalos con sus novias puede llegar a ser una más que interesante actriz. No esperen ver en esta película un repaso a las últimas horas de vida de Lennon, sino que van a ver una película totalmente centrada en el comportamiento de su asesino hasta el momento de apretar el gatillo.