Tengo por norma no criticar una película al poco de terminar de verla; me gusta reposarla, madurar mi opinión y su impacto, y al menos en mi caso, mi impresión justo cuando termina suele ser distinta al día siguiente. Tampoco suelo criticar películas con ya algunos años a cuestas y que han sido suficientemente opinadas.

Pero es que esta película me lo ha puesto muy fácil. Estoy bastante seguro de que mi opinión sobre "White Noise" no cambiará mañana, y lo cierto es que de algún modo necesito expresarme sobre ella; aunque esto no lo lea nadie. Hay, sin embargo, cosas que fastidian lo bastante como para señalarlas. Una de ellas es que se eche a perder sin ningún sentido una idea interesante; la otra, que tomen al público por mentecato o que se asocie comercialidad con gilipollez.

Me refiero a que, en su mayor parte, "White Noise" es una soberana tontería, rebosante de ideas peregrinas y giros de guión absurdos. Tampoco está bien narrada, las decisiones de los personajes no son coherentes y tiende a centrarse en las mayores idioteces, dejando de lado lo que podría haber sido verdaderamente interesante. Insisto, tras ver el final se tiene esa sensación de cuando alguien ha intentado timarte descaradamente, y te ofendes más por el hecho de que hayan pensado que eres tan tonto que no porque te la hayan querido colar.

No hay problema, películas malas las hay a millares y ni siquiera vale la pena detenerse a comentarlas. ¿Por qué sí, en este caso?

Porque no todo es malo en "White Nose". Con honestidad, hay que decir que la idea, poderosa ya de por sí, está en contadísimas ocasiones bien llevada, y genera miedo y mal rollo, verdadero sudor frío, algo muy difícil de conseguir en espectadores adultos y distanciados. Pero en una proporción de 1 a 100 con el resto de la basura que es el guión.

Sin embargo, estos pequeñísimos brillos llevan a pensar: sí, White Noise podría haber sido una película interesante, incluso de culto, si se hubieran centrado en lo que se tenían que centrar, si se hubieran dejado de infantilismos para ganar más dinero, si hubieran explotado más el terror inconcreto, insinuado, en definitiva, el verdadero terror psicológico, en lugar de perderse en giros narrativos de folletín barato.

Pero no nos engañemos. En conclusión, es un bodrio.